Esta semana en ‘Sueños de libertad’, Marta, con la mirada baja y el corazón encogido, confesó a Fina lo que tanto temía admitir: había cambiado de opinión, ya no quería ser madre con Pelayo. Su decisión, tomada desde el silencio de la duda, desató una tormenta. Cuando Pelayo se entera, no pudo contener su frustración. Con los ojos encendidos de incomprensión, le reprochó a Fina: “Tu hija se ha echado atrás… ¿y ahora qué?”.

Gabriel acompañó a María al médico en ‘Sueños de libertad’

En otro rincón de la colonia, Gabriel escuchó los consejos de María con atención. Ella le enseñó, con dulzura y complicidad, cómo acercarse a Begoña. Pero no todos compartieron ese entusiasmo. Andrés, su primo, no pudo disimular su creciente celosía. No solo Gabriel había conquistado a Begoña, también había ganado la simpatía de Julia, y eso fue más de lo que Andrés pudo tolerar. Se enfrentó a él con frialdad, tratando de imponerse. Begoña, incómoda, le reprochó su actitud. Andrés pidió disculpas, pero no dio su brazo a torcer: “Esto no son celos”, afirmó, ocultando la verdad bajo una máscara de orgullo. Mientras tanto, Gabriel acompañó a María al médico. Descubrieron una notable mejoría, pero decidieron guardarla en secreto, como un pequeño pacto entre ambos.

Las revelaciones no se detuvieron. Irene confesó a Digna y don Pedro que Cristina ya sabía la verdad sobre sus orígenes. La llegada repentina de Ana, la madre adoptiva de la joven, desestabilizó todo. Cristina, abrumada, le contó todo a Luis, quien con voz serena le sugirió: “Dale una oportunidad, puede que la necesites tanto como ella a ti”. Pero la joven, incapaz de digerir tantas emociones, se lanzó a los brazos de la huida. Decidió marcharse de la colonia, y fue Luis quien, una vez más, intentó retenerla. Luz, conmovida, también intentó ayudar, compartiendo su propio pasado como niña adoptada.

Claudia decidió alejarse de Raúl en ‘Sueños de libertad’

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Mientras tanto, la tensión empresarial creció. Andrés sospechó que Perfumerías De La Reina sufría un espionaje industrial. Para su disgusto, Gabriel volvió a brillar al encontrar la fórmula perfecta para el perfume aniversario, mientras él luchaba con el problema del abastecimiento de lirios. Y en medio de todo, hubo una humilde timba de dominó. Gaspar y Manuela organizaron la partida para animar a Raúl, abatido tras su ruptura con María. Claudia, decidida a alejarse por salud emocional, no asistió… pero pronto lamentó su ausencia.