LA PROMESA | Martina contra Catalina: el carácter Yopis se impone y la finca se convierte en campo de batalla
Catalina y Martina siempre fueron sinónimo de unidad, de trabajo en equipo, de complicidad femenina en medio de un mundo regido por los hombres. Pero esta semana, todo eso se tambalea. La finca se convierte en un campo de batalla y las primas en rivales inesperadas, con heridas que podrían no tener marcha atrás.
Todo comienza con una decisión que lo cambia todo: Catalina firma un contrato importante relacionado con la finca sin consultar previamente a Martina. Lo que para unos puede parecer un simple olvido, para ella es una traición directa. No solo porque ha estado gestionando la finca durante el embarazo y parto de Catalina, sino porque su madre, Margarita Yopis, le transfirió el 25% de la propiedad antes de marcharse. Martina no es una ayudante: es copropietaria. Y exige ser tratada como tal.
La tensión se acumula durante días. Martina, que ha madurado con el tiempo, que ha aprendido a defender su lugar, decide no callarse más. Su indignación se convierte en reproche y su firmeza, en declaración de guerra: “¿Por qué tomas decisiones sin mí?” Una pregunta que resuena como una bofetada en el salón principal de La Promesa.
Catalina, con su carácter firme y su decisión inquebrantable, no está dispuesta a pedir disculpas tan fácilmente. La distancia entre ambas crece. Las miradas ya no son de complicidad, sino de desconfianza. Y en medio de esta grieta familiar, dos hombres toman posiciones.
Adriano, el conde, esposo de Catalina, es un hombre de principios… pero también de orgullo. Su papel en la finca ha ido en aumento, y no tolera que nadie cuestione a su mujer, ni siquiera su prima. Defiende a Catalina con la misma energía con la que dirige su título nobiliario. Aunque no entienda del todo los entresijos de la gestión, sabe que debe estar firme junto a ella.
En el otro bando, Jacobo. Prometido de Martina, inseguro, frustrado por su rol secundario, y profundamente celoso del protagonismo de Adriano. Ve en este conflicto la oportunidad perfecta para manipular a Martina, sembrar dudas y alimentar su ego herido. Sus palabras son veneno suave: “¿Ves cómo no te respetan? Siempre has sido invisible para ellos.” Y con esa actitud, transforma el conflicto en algo aún más grande.
Lo que era una disputa entre primas amenaza con desatar una doble confrontación: las mujeres por un lado, y los hombres por el otro. Jacobo, que ya ha mostrado incomodidad frente a Adriano, podría dar un paso más hacia el enfrentamiento abierto. Todo en medio de un ambiente cargado de silencios incómodos, reproches no dichos y decisiones que podrían tener consecuencias graves.
Martina, con sangre Yopis en las venas, se prepara para lo que viene. Ha aprendido que en La Promesa, el silencio se paga caro. Y esta vez no está dispuesta a pagar por lo que no ha hecho.
¿Podrán Catalina y Martina salvar su relación? ¿O esta grieta se convertirá en un abismo? ¿Será Jacobo quien eche todo por la borda o quien obligue a Martina a despertar del todo?
La semana promete emociones intensas, y este enfrentamiento familiar es solo el comienzo. En La Promesa, cuando la sangre tira más que el agua, los vínculos pueden volverse cadenas… o armas.