La tienda es el refugio de Marta, pero también su prisión emocional. De pie entre estantes y cajas, no puede evitar perderse en sus pensamientos. La conversación reciente con Santiago sigue rondando en su mente, y aunque su cuerpo está presente, su mente parece estar a kilómetros de distancia. Es una mezcla de emociones contenidas, una batalla interna entre el deseo de ser fuerte y la necesidad de dejarse llevar.
De repente, la puerta de la tienda se abre, y Fina entra, con su energía desbordante. Un poco sorprendida por la actitud de Marta, la mira con atención. “¿Estás bien?”, pregunta Fina con preocupación. Marta, por supuesto, intenta disimular. “Solo tengo la cabeza llena de trabajo”, responde rápidamente, restando importancia a lo que realmente está sintiendo. La tienda, aunque llena de vida por fuera, parece estar vacía por dentro, y Marta lo sabe.
Fina, con su manera característica de cambiar de tema, comienza a hablar de Claudia, quien ha sido el centro de muchas conversaciones últimamente. Le comenta a Marta que ella y Carmen están planeando llevar a Claudia a la playa. Aunque Claudia había rechazado la idea al principio, ahora parece estar considerando la propuesta. Fina, como siempre, intenta ver el lado positivo. Un cambio de aire podría ser exactamente lo que Claudia necesita, pero a la vez se pregunta si es demasiado pronto. El miedo de que Claudia cambie de opinión al último minuto persiste.
Marta, aunque preocupada, ve algo de luz en esta idea. “Es un buen paso”, dice, aunque con cierta cautela. A veces, los pasos pequeños son los más grandes, y un poco de frescura podría ser la clave para Claudia. Lo que no esperaba era la intervención de Don Agustín, un giro que la hace sonreír. Nunca se imaginó que él jugaría un papel tan decisivo, pero, al parecer, su persuasión fue el empujón necesario para que Claudia cambiara de opinión. Ahora, Claudia está emocionada y lista para el viaje, una señal de que está avanzando.
Sin embargo, Fina sigue con dudas. El miedo a lo impredecible es algo con lo que todas luchan, y aunque Claudia parece entusiasmada, nada garantiza que no vuelva a rechazar la idea en el último minuto. Por eso, Fina sugiere que el viaje se haga al día siguiente. “Aún no he hablado con Carmen”, admite, “pero quiero consultarlo contigo primero.” Marta, sabiendo que la tienda quedaría vacía, se siente incómoda ante la idea de que Fina se vaya. Pero, a la vez, reconoce que Claudia necesita este tiempo con sus amigas, y que ellas todas merecen un respiro.
Fina, consciente de la incertidumbre de Marta, le ofrece quedarse en la tienda, pero Marta insiste en que Fina debe ir. Le recuerda que Fina aún no está lista para atender a los clientes, y que este viaje será una oportunidad para que todas se desconecten. Además, Claudia realmente necesita ese apoyo, y es el momento para que ellas estén juntas, sin distracciones.
La conversación toma un giro cuando Fina pregunta a Marta por qué no se une a ellas. “Me encantaría, pero no puedo”, responde Marta. Aunque su corazón quiere ir, sabe que alguien tiene que quedarse para cuidar la tienda. Es un sacrificio que Marta está dispuesta a hacer, pero no sin un cierto grado de frustración. La responsabilidad siempre parece pesar más que el deseo personal.
Fina, sin embargo, sugiere una alternativa. “¿Por qué no dejamos que Mar y Nieves se encarguen por un día?” Es una propuesta que Marta ya había considerado antes, pero al final, se siente más segura quedándose al mando. “Voy a hablar con Mar y Nieves”, dice con determinación, pero deja claro que sigue siendo su responsabilidad mantener el control de la situación.
Finalmente, Marta cierra la conversación con firmeza: “Vete, disfruta de tu tiempo con tus amigas. Es lo que necesitas, y también lo que Claudia necesita.” Fina acepta la decisión, aunque se puede ver en su rostro una mezcla de alivio y preocupación. Marta, aunque visiblemente decidida, no puede evitar sentirse preocupada por lo que podría pasar mientras se ausentan.
¿Qué opinarías tú sobre la decisión de Marta? ¿Crees que a veces el sacrificio personal es necesario para el bienestar de los demás?