“Begoña y yo vamos a tener que pedir turno…”
¡Así de claro y manipulador es el juego de María en Sueños de Libertad! En el capítulo 358, las tensiones alcanzan nuevos niveles cuando María y Gabriel se encuentran en medio de una conversación con tintes claramente manipuladores y calculadores.
La escena comienza con Gabriel intentando provocar a María con una pregunta cargada de ironía, aludiendo a la posibilidad de que María recupere la movilidad. “¿De verdad serás capaz de disimular tu euforia si esto sigue adelante?” le pregunta Gabriel, insinuando que si logra caminar, Begoña se llevaría un tremendo shock. María, con frialdad y sarcasmo, le responde:
“Qué poco me conoces. Soy una gran actriz y con tal de que Begoña no vuelva a los brazos de Andrés, soy capaz de fingir estar postrada en esta silla toda mi vida.”
Aquí, María revela su verdadera naturaleza: dispuesta a fingir una discapacidad solo para evitar que Andrés y Begoña se reconcilien. ¡Lo que está dispuesta a hacer para mantener el control sobre todos!
La tensión aumenta cuando Begoña irrumpe en la escena y le informa a María que Olga la espera arriba para continuar con sus ejercicios de rehabilitación. María, en su intento por seguir interpretando su papel de inválida, accede a que Olga baje. Pero entonces, en un giro emocional, María le dice a Begoña que estaría bien si Olga la acompaña, pero que también necesitaría una habitación en la planta baja para evitar las escaleras.
Begoña, sorprendida por el cambio en María, le menciona que pensaba que estaba más animada tras haber salido en coche, pero María la sorprende diciendo que terminó agotada. Gabriel, ligero de palabra, bromea sobre lo mucho que María disfrutó del paseo, mientras ella lo elogia, llamándolo un “ángel” y “maravilla”.
En un intento por mantener su fachada de fragilidad, María bromea diciendo que Begoña y ella tendrán que turnarse para que Gabriel la saque a pasear, lo que pone a Begoña en una situación incómoda.
Gabriel, sin dudar, acepta acompañarla cuando María decide subir nuevamente, cambiando de idea y pidiendo que Gabriel la acompañe a su cuarto. Todo este intercambio está cargado de manipulación emocional, donde María juega a la víctima, mientras controla la situación y las emociones de Begoña. María está jugando un juego peligroso, mientras que Gabriel parece estar más involucrado que nunca.
La pregunta es: ¿Quién tiene el control aquí? ¿Será María capaz de manejar a Gabriel y Begoña a su favor, o se le escapará todo de las manos?
Y Begoña, ¿cómo reaccionará al ver que María sigue con su juego de manipulación? Las tensiones están al límite y Begoña podría estar a punto de descubrir más de lo que espera…
¡Este capítulo es una verdadera bomba de emociones, traiciones y secretos a punto de estallar!