El ambiente estaba cargado de emoción mientras las chicas de la tienda esperaban la llegada de Fina. Cada una, con una sonrisa nerviosa en el rostro, comentaba sobre lo increíble que había sido ver a Fina tan entregada a la fotografía. Carmen, siempre llena de energía, no pudo evitar resaltar lo bien que había quedado todo, sobre todo después de tantas dudas que las rodeaban al principio. Claudia, por su parte, estaba deseando ver la reacción de Fina al entrar en la tienda.

En medio de esa excitación, las chicas comenzaban a charlar sobre sus vidas personales, y como era de esperar, el tema de Raúl apareció en la conversación. Claudia, algo tímida, confesó que, después de su cita al cine con él, las cosas habían tomado un giro especial. Carmen, no perdiendo el ritmo, empezó a bromear sobre lo guapo que estaba Paul Newman en la película, pero rápidamente regresaron al tema de Raúl. Claudia, con una sonrisa tímida, admitió que se habían besado. Las chicas no pudieron contener su sorpresa y entusiasmo al escuchar la noticia, pero también fueron comprensivas con ella, reconociendo que todo parecía haber fluido de forma natural.

El ambiente en la tienda, entre risas y comentarios sobre el beso de Claudia, pronto se volvió más serio cuando Carmen le recordó a Claudia que Mateo habría querido verla feliz, algo que ella había olvidado un poco en medio de sus propios sentimientos. Con una sonrisa, Carmen trató de infundirle un poco de calma, asegurando que Mateo siempre quería lo mejor para ella y que este paso con Raúl era un claro reflejo de eso.

Pero la sorpresa que todas esperaban llegó en forma de un gesto verdaderamente especial: cuando Fina entró en la tienda, un grito lleno de emoción las alertó, y la hicieron acercarse a un rincón de la tienda que había sido transformado especialmente para ella. En ese instante, Fina vio lo que sus amigas le habían preparado: un cuarto de revelado completo, con cubetas, líquidos y una luz roja, tal y como un verdadero cuarto de fotografía profesional.

“¿Qué me habéis preparado?”, preguntó Fina, visiblemente sorprendida y emocionada por el gesto. La respuesta fue directa: “Lo hemos hecho porque te vimos tan entregada con la fotografía que queríamos que tuvieras este espacio para ti sola”.

Fina, profundamente tocada, no pudo evitar emocionarse. “Es perfecto, muchas gracias”, dijo, mirando a sus amigas con gratitud. En ese momento, todas las emociones de la tienda, de las risas, de los besos y las confesiones se unieron en un solo sentimiento de apoyo y cariño hacia Fina.

“¿Qué haría sin vosotras?”, dijo Fina mientras las miraba con una sonrisa llena de agradecimiento. Ese cuarto de revelado no solo era un lugar donde podría seguir trabajando en su pasión por la fotografía, sino que también representaba todo el amor y el apoyo que sus amigas le tenían. Un gesto que, sin duda, marcaría un antes y un después en su vida.

Este momento no solo fue una sorpresa, sino también un recordatorio de lo importante que es el apoyo incondicional en los momentos de crecimiento. Fina, que siempre había luchado por creer en sí misma, ahora tenía el respaldo de su círculo más cercano, que creía en su talento tanto como ella misma.

¿Qué significa para ti tener el apoyo de los demás en los momentos clave de tu vida? ¿Cómo te gustaría que te sorprendieran tus amigos?