En el capítulo más esperado y explosivo de La Promesa, una verdad silenciada durante años finalmente saldrá a la luz… y con consecuencias devastadoras para los De Luján.
Todo comienza cuando Esmeralda, acorralada por las constantes preguntas de Curro, decide contarle lo que jamás había revelado: la joyería donde trabajaba no era simplemente un taller de piedras preciosas, sino una fachada para una red mucho más oscura, dirigida en secreto por Leocadia… y financiada por nada menos que el Duque Lisandro. La muerte de Hann, según afirma Esmeralda, está directamente relacionada con lo que se ocultaba en el interior de esas joyas nobles que parecían inofensivas.
Curro, dolido y lleno de rabia por haber perdido a todas las mujeres que marcaron su vida —su madre Dolores, su hermana Hann, y recientemente Eugenia— jura que no permitirá que los culpables se salgan con la suya. Esmeralda, comprendiendo finalmente la magnitud del daño causado, decide ayudar. Le entrega a Curro un colgante con una piedra azul, idéntico al que lleva Leocadia en el cuello, con un compartimento secreto dentro. Ese objeto será clave para desenmascarar a la mujer.
Pero eso no es todo. Esmeralda también entrega a Curro un sobre con documentos que prueban los movimientos financieros de Lisandro, las órdenes bajo nombres falsos y una lista de “piezas especiales” utilizadas para ocultar sustancias letales. Consciente del riesgo que corre, Esmeralda desaparece de La Promesa, pero no sin antes advertir a Leocadia de que, si algo le sucede, todo lo que sabe saldrá a la luz.
Esa misma noche, en medio de una elegante cena en honor al Duque Lisandro, Curro irrumpe en el salón con los ojos encendidos y el corazón a punto de estallar. Ante la atónita mirada de nobles y criados, lanza una bomba:
—“Perdón por la interrupción, pero ha llegado el momento de que ciertas verdades salgan a la luz.”
Saca el colgante que Esmeralda le entregó y lo coloca sobre la mesa. Luego, extiende los documentos que incriminan a Leocadia y Lisandro. El silencio en el salón es sepulcral.
—“Esta joya lleva el mismo escudo que el collar de la señora Leocadia. Y en su interior, oculta algo más que belleza: lleva un veneno, el mismo que se encontró en el cuerpo de Hann.”
Lisandro se levanta, furioso. Lo niega todo. Leocadia intenta desacreditarlo, burlándose de su “imaginación enfermiza”, pero los papeles están allí, las firmas, las transferencias, las fechas. Curro no se achica:
—“Me arrebataron a mi familia. Y ahora que tengo la verdad en las manos, juro que haré justicia.”
La tensión en el ambiente se corta con un cuchillo. Alonso toma los documentos, los revisa con rostro grave, mientras los presentes intercambian miradas de horror. ¿Podría ser cierto que la marquesa de confianza y el duque más respetado estaban involucrados en un comercio mortal?
Leocadia, derrotada pero altiva, lanza su amenaza final a Curro con una mirada que hiela la sangre. Pero ya es tarde. La verdad ha comenzado a rodar como una bola de fuego… y nadie en La Promesa podrá detenerla.
¿Logrará Curro sobrevivir ahora que ha revelado el secreto mejor guardado del palacio? ¿Qué hará Alonso con la información? ¿Y qué pasó realmente con Esmeralda?
👉 No te pierdas el próximo capítulo, porque lo que está en juego no es solo la justicia… sino la supervivencia.