“Si usted no sabe tratar con mujeres, no es problema mío. Pero no espere que me quede callada.”
La voz de Catalina, firme y clara, retumbó como un disparo en el despacho.
En el capítulo 633 de La Promesa, la guerra de voluntades llega a su punto más crítico. Lo que comenzó como un pulso de gestión entre hermanas ahora escala a un conflicto diplomático: el barón de Valladares, ofendido y prepotente, no tolera ser desafiado por una mujer. Pero Catalina no da un paso atrás. Su respuesta no solo sorprende a Alonso, sino que lo obliga a actuar para evitar una crisis mayor.
Alonso intenta mediar, pero Catalina tiene una estrategia propia, una jugada arriesgada que pone en jaque el protocolo y al propio barón. Es una partida de ajedrez… y cada palabra cuenta. La finca, la reputación de los Luján y el futuro de su gestión están en juego.
Mientras tanto, en los pasillos del servicio, Cristóbal Ballesteros, nuevo mayordomo, insiste en mostrarse cercano con el personal. Pero sus intentos, aunque bien intencionados, colocan a Santos en una situación complicada. Su regreso al trabajo depende de un delicado equilibrio entre la disciplina y los resentimientos del pasado.
Santos, todavía marcado por su carácter rebelde y la relación tirante con su padre, intenta encontrar un lugar en esta nueva Promesa. Pero el ambiente está lejos de ser hospitalario. Todos lo observan, algunos con recelo, otros con esperanza.
En el jardín, lejos del bullicio, Ángela y Curro viven su propio clímax emocional. Su relación, que ha ido floreciendo entre sombras, se convierte ahora en un refugio real. Cada encuentro es más profundo, más intenso. Y es precisamente en uno de esos momentos compartidos cuando Ángela toma una decisión crucial: una elección que podría cambiar su destino para siempre.
¿Se atreverá a dar el siguiente paso? ¿Renunciará a todo por amor? ¿O luchará por un lugar en la finca y en la vida de Curro?
Del otro lado, Cristóbal no duda en marcar territorio. Deja clara su opinión sobre la presencia de Catalina en los espacios del servicio, lo que reaviva las tensiones entre estamentos y vuelve a poner sobre la mesa el tema del poder y los límites de clase.
Y mientras tanto, en casa de los duques de Carril, Lope sigue infiltrado. Sus gestiones no están dando resultados… hasta que un giro inesperado sacude su investigación: don Gonzalo recibe una visita que nadie esperaba. Una presencia que podría alterar el rumbo completo de la historia. ¿Aliado? ¿Enemigo? ¿O algo peor?
En este capítulo, cada personaje se enfrenta a un espejo. Algunos descubren su coraje, otros sus límites. Las decisiones ya no se pueden aplazar. Y cada movimiento tiene consecuencias.
Porque en La Promesa, incluso el amor necesita estrategia. Y la lealtad… tiene un precio.
¿Podrá Catalina contener al barón sin traicionar sus principios? ¿Resistirá Santos la presión? ¿Y qué decisión tomará finalmente Ángela?