El episodio 617 de La Promesa, que se emitirá el martes 17 de junio, marca un punto de no retorno para muchos personajes clave. Lo que parecía una investigación incierta se convierte en una caza frontal por la verdad. Y en el centro de esta tormenta: Curro, decidido a llegar al final de la verdad, y Esmeralda, la mujer que podría tener la llave que abre todas las puertas… o que puede sellarlas para siempre.
Después de descubrir que la joyería Job fue el lugar donde se encargó su propia muerte y la de su hermana Yana, Curro entra en un estado de determinación feroz. Lo que al principio fue un intento por entender su pasado, se ha transformado en una cruzada personal para desenmascarar al asesino que destruyó su familia. El joven, perseguido por pesadillas, recuerdos rotos y una promesa hecha a Yana en la oscuridad, empieza a trazar una estrategia temeraria: conseguir que Esmeralda confiese, aunque eso signifique forzarla a hacerlo.
Con la ayuda de Yana y Manuel, Curro analiza opciones. ¿Volver a la joyería? Imposible. Ya los han visto y regresar sería como caminar directo hacia una trampa. ¿Seguirla? Muy arriesgado. Son quienes son: un señorito y una doncella, todo lo que hagan será observado. Entonces surge una alternativa peligrosa: contactarla directamente, con una nota que la haga temer más a ellos que a sus verdaderos patrones. La clave es asustarla lo justo para que hable, sin empujarla a desaparecer o acudir a sus protectores.
Durante horas, Curro y Yana diseñan el plan. Una nota, un encuentro en un terreno neutral, una propuesta clara: “Sabemos lo que hiciste. Y sabemos que te pueden sacrificar en cualquier momento. Nosotros no queremos venganza, solo la verdad.” Es una jugada arriesgada, pero es lo único que tienen.
Mientras se gesta este enfrentamiento final entre Curro y Esmeralda, en las entrañas de la Promesa se produce otra sacudida emocional: Rómulo, el fiel mayordomo, ha decidido marcharse para siempre. Su reencuentro con Emilia le ha abierto los ojos. Ha recordado que existe una vida más allá del servicio, de las intrigas, del poder… una vida tranquila, de amor verdadero y pequeñas rutinas diarias.
Cansado de años de lealtades mal pagadas, de las conspiraciones de doña Cruz, del dolor que consume a los jóvenes que ha visto crecer, Rómulo quiere libertad. Y por primera vez en mucho tiempo, se permite soñarla. Ha decidido comunicarlo, paso a paso, y su primera confesión va dirigida a Pía Adarre, su amiga, su compañera de batallas. Ella lo escucha en silencio, sabiendo que, cuando Rómulo se va… una parte de La Promesa se quiebra para siempre.
Mientras tanto, Ángela no piensa moverse. Firme, desafía abiertamente a Leocadia, reafirmando que su sitio está en la finca, y que está dispuesta a defenderlo con uñas y dientes. Su decisión contrasta con la de Rómulo y enciende aún más las tensiones internas en la casa.
Y en medio de estas sacudidas, Catalina y Adriano deben responder a la sorprendente oferta del duque: un condado entero a sus pies. Una propuesta que podría cambiar para siempre el equilibrio de poder, tanto en La Promesa como en el entorno noble de toda la región. La joven pareja tiene poco tiempo para decidir, y cualquier camino que elijan traerá consecuencias.
Con el amanecer del 17 de junio, la Promesa despierta con el alma en vilo. Curro está a punto de cruzar la última frontera. Su encuentro con Esmeralda podría desenmascarar al asesino o poner sus vidas en peligro. Una carta, una mirada, una palabra podrían cambiarlo todo.
¿Logrará Curro que Esmeralda hable? ¿Se confirmará al fin quién fue el verdadero verdugo de Yana y Dolores? ¿O caerá la última esperanza en una nueva traición?
Y mientras tanto, en un rincón del hangar, el eco de la promesa susurrada entre hermanos sigue resonando:
“Encontraremos al asesino de nuestra madre… pase lo que pase.”
👉 Un capítulo imperdible, donde la verdad se abre camino entre las sombras, los corazones se quiebran, y las decisiones marcan destinos.