El silencio de la noche en el palacio se rompe con una verdad que lo cambia todo: Lorenzo, el capitán que tantos temían, ha sido desenmascarado por el crimen más atroz cometido entre sus muros. Y detrás de esta revelación están dos nombres que ya no actuarán desde las sombras: Ángela y Curro.
Todo comenzó con una sospecha y terminó con una prueba. Curro, decidido a honrar la memoria de Yana, arriesga su vida entrando en los aposentos de Lorenzo y encuentra lo imposible: un pequeño frasco oscuro, oculto entre las pertenencias del capitán. Es la evidencia que faltaba, la que conecta la muerte de Yana con un envenenamiento deliberado. Ya no se trata de conjeturas. La justicia por fin tiene rostro y forma.
Con el frasco en el bolsillo y el corazón desbocado, Curro huye del cuarto justo antes de ser descubierto. La tensión es insoportable. Pero la suerte está de su lado. Ángela lo esperaba. Juntos, van en busca de Pía y los tres deciden enfrentarse al único hombre que puede impartir justicia: el marqués de Luján.
Cuando Alonso escucha la historia completa, sus sospechas se confirman. El frasco sobre su escritorio, la mirada decidida de los jóvenes y la verdad que tanto tiempo ha querido confirmar le dan la certeza. Lorenzo será detenido. En cuestión de minutos, se activa una orden irrevocable: traer al capitán y llamar a la Guardia Civil. Hay un asesino en la Promesa.
Lorenzo entra a la biblioteca con su aire habitual de arrogancia, pero se congela al ver la escena. El marqués, Ángela, Curro, Pía… y sobre la mesa, el frasco. Su rostro palidece. Intenta negar, gritar, acusar, pero la verdad lo ha alcanzado. Es arrestado allí mismo, frente a todos, sin posibilidad de escapar.
Mientras tanto, Catalina libra su propia batalla contra el varón de Valladares. Él amenaza con un boicot político con el apoyo de 27 familias nobles. Pero Catalina no cede. Aunque su hija Martina teme por la seguridad de todos, Catalina elige la estrategia. A través de un movimiento audaz, convence al marqués de Belmonte para que retire su apoyo al varón a cambio de un acuerdo comercial. Con un solo aliado ganado, el bloque enemigo comienza a fracturarse.
En las cocinas, Simona y Candela no se quedan atrás. Su lucha por la reinstauración de Lope como cocinero culmina en una cena insípida que enciende la ira del marqués Alonso. Al día siguiente, Cristóbal se ve obligado a reconocer su error y devuelve a Lope su lugar en la cocina. El triunfo es completo. El talento y la pasión han vencido a la burocracia.
En otro rincón del palacio, Ricardo también encuentra el valor para proteger a la mujer que ama. Se enfrenta a Santos, quien chantajeaba a Pía con un oscuro secreto de su pasado: la muerte de su anterior patrón en un incendio sospechoso. Ricardo amenaza con desenterrar los propios pecados de Santos si no desaparece de sus vidas para siempre. El mensaje es claro. Pía, por fin, es libre.
La relación entre Manuel, Enora y Toño toma un giro inesperado cuando Enora abraza a Manuel tras recibir la carta que valida su trabajo. El momento se interrumpe por Toño, quien, inocentemente, pregunta a Manuel cómo conquistar a Enora. La tensión entre los tres se hace palpable. Pero también se siembra una nueva certeza en el corazón de Enora: ella es más que una ayudante, es imprescindible.
Y en medio de todo este torbellino, Curro y Ángela comparten un instante de paz junto al lago. Han vencido. Han desenmascarado a un asesino. Y ahora, con la verdad a su favor y el amor que crece entre ellos, comparten su primer beso al aire libre, sin temor ni secretos. Un beso que sella no solo su complicidad, sino su futuro juntos.
El marqués de Valladares, despojado de sus apoyos, se retira humillado. Catalina y Martina, ahora reconciliadas, se encargan de liderar los campos con una renovada visión. Enora, firme y serena, rechaza con elegancia los avances de Toño, mientras Manuel, desde la distancia, comprende que sus sentimientos por ella ya no pueden seguir ocultos.
La Promesa ha sobrevivido a una de sus noches más oscuras. Y con Lorenzo en manos de la justicia, con los secretos expuestos y las heridas comenzando a sanar, el palacio se prepara para un nuevo amanecer. Uno donde la verdad, la lealtad y el amor vuelven a ocupar su lugar.
¿Podrá la paz mantenerse ahora que se han abierto tantas heridas? ¿O vendrán nuevas tormentas en el horizonte?