¡Atención, leales seguidores de “La Promesa”! Prepárense para una vorágine de emociones y revelaciones que sacudirán los cimientos del palacio. La promoción de los próximos episodios, que ya circula y seguramente están viendo en pantalla, nos anticipa una semana cargada de tensión, especialmente en lo que respecta a la desgarradora trama que rodea a la vulnerable Eugenia. Confieso que la dirección que está tomando la historia me embarga de una profunda tristeza y, aunque albergo una pequeña esperanza de que todo no termine en tragedia, el pesimismo se cierne sobre mí al ver cómo los villanos parecen acorralar a Eugenia hasta el límite de su cordura.
Analicemos en detalle lo que la promoción nos desvela, conectándolo con los eventos del reciente episodio. El foco principal, como mencionaba, recae en la tortuosa manipulación a la que Leocadia, con la siniestra ayuda de Lorenzo, está sometiendo a Eugenia. Ya en el capítulo anterior fuimos testigos de cómo Leocadia, con una crueldad escalofriante, comenzaba a sembrar en la mente de Eugenia una obsesión enfermiza hacia los hijos de Catalina, particularmente hacia uno de los mellizos. Sus palabras insidiosas, insinuando que el niño siente algo especial por Eugenia, explotan las profundas heridas de su trauma maternal y su confusa conexión con la llegada de Curro a su vida. La mención de un parecido entre el bebé y Curro cuando era niño no hace más que echar gasolina a un fuego ya incandescente.
Leocadia, desprovista de cualquier atisbo de remordimiento, corazón o sentimiento, se revela como una sociópata de manual, dispuesta a todo con tal de alcanzar sus perversos objetivos. No solo está poniendo en grave peligro la estabilidad mental de Eugenia, con consecuencias imprevisibles para ella y quienes la rodean, sino que tampoco le importa la seguridad de los inocentes bebés. Su escalofriante comentario a Lorenzo en la promoción, “¿qué da más miedo que un bebé indefenso en manos de una loca?”, revela una frialdad calculada y una falta de escrúpulos que me hacen temer lo peor. Incluso me atrevería a conjeturar que Leocadia podría albergar un plan secreto para deshacerse de los niños por algún motivo aún desconocido.
Es inevitable establecer una comparación con Cruz y su turbia trama relacionada con el bebé de Pía, Dieguito, a quien ella y Petra intentaron arrebatarle para entregarlo en adopción. Si bien las acciones de Cruz fueron horribles e injustificables, dudo seriamente que ella hubiera sido capaz de asesinar a ese niño. Incluso dudo de que Petra hubiera llegado a tal extremo. Sin embargo, en la misma situación, no me cabe duda de que Leocadia optaría por la solución más expeditiva y se desharía del bebé sin pestañear. Esta escalofriante diferencia subraya la verdadera naturaleza malévola de la ex mejor amiga de la marquesa.
La promoción también nos muestra el bautizo de los mellizos, una escena familiar aparentemente idílica. Sin embargo, un detalle crucial en la fotografía familiar del bautizo me confirma una sospecha que muchos compartíamos: el Duque de Carvajal y Fuentes, Don Lisandro, estará presente y, presumiblemente, actuará como padrino de ambos niños. A pesar de los comentarios de algunos espectadores sobre la posibilidad de que cada mellizo tenga padrinos diferentes, la presencia del Duque en esta escena para mí es una clara indicación de su rol como padrino de ambos.
Curiosamente, Rómulo y Emilia también aparecen en la escena del bautizo. Entiendo la presencia de Rómulo, dada su larga relación con Catalina y su posición como uno de los veteranos del servicio. La invitación de Emilia, aunque llegó a Luján más tarde, podría justificarse por su cercanía actual a Catalina y el cuidado de los niños. Sin embargo, confieso que albergo la esperanza de que su presencia signifique que ellos, y no el desagradable Duque, hayan sido elegidos como padrinos, aunque reconozco que existen otros candidatos más obvios. Aun así, si tuviera que elegir entre Rómulo y Emilia y el Duque de Carvajal y Fuentes, mi preferencia estaría claramente con el mayordomo y la doncella.
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La aparente celebración del bautizo se ve bruscamente interrumpida por la irrupción de Eugenia, empuñando una pistola y disparando. La gran incógnita es: ¿a quién dirige Eugenia su disparo? La promoción no nos ofrece pistas claras, dejando a todos los presentes como posibles víctimas. Si bien la idea de que uno de los personajes principales o recurrentes muera a manos de Eugenia parece improbable, no descartaría que el desafortunado receptor del disparo sea el Duque de Carvajal y Fuentes, o incluso personajes secundarios como la propia Emilia o Adriano. Personalmente, una “justicia poética” me haría desear que el capitán Lorenzo fuera el blanco del disparo. Leocadia o incluso Alonso, con quien últimamente he sentido cierta frustración, también serían candidatos en mi particular lista. Les invito a compartir en los comentarios sus teorías sobre quién podría ser el desafortunado receptor del disparo, si es que alguien lo recibe, ya que también existe la posibilidad de que Eugenia simplemente dispare al aire. Dudo, sinceramente, que Eugenia tenga mucha experiencia con armas de fuego.
Lo verdaderamente triste y preocupante es la secuencia final de la promoción, que muestra a Eugenia en lo alto de un torreón, con Curro aparentemente intentando convencerla de que no cometa una locura. Esta escena evoca poderosamente el recuerdo de cuando Curro salvó a Leonor de un intento de suicidio en el mismo lugar. Sin embargo, la escalofriante diferencia radica en que esta vez Eugenia sostiene a uno de los bebés de Catalina en sus brazos. Deseo fervientemente que Curro logre salvarlos a ambos. No obstante, el hecho de que Eugenia haya llegado tan lejos, sumado al disparo previo, independientemente de si hiere a alguien o no, y a su presencia en lo alto del torreón con un bebé, presagia un punto de inflexión irreversible para el personaje. Sobreviva o no, sea persuadida por Curro para bajar o no, las consecuencias serán inevitables. Podría significar un trágico final o, quizás, un doloroso regreso al sanatorio, un destino que me entristecería profundamente y que espero que no se concrete.
Todo esto, sumado a lo que hemos presenciado en el reciente episodio, parece desmoronar la teoría de que Eugenia podría estar fingiendo su inestabilidad mental. Todo apunta a que ha sido vilmente engañada y manipulada. En la escena de hoy, incluso antes de que se desaten estas calamidades, vimos cómo Eugenia, bellísima con su cabello suelto, confrontaba a Lorenzo. La estrategia de Lorenzo de ocultar y cambiar objetos de lugar, una táctica de maltrato psicológico básica, evoca el tormento que Eugenia debió sufrir en el pasado. Esta misma estrategia fue utilizada por Lorenzo y la Baronesa de Grazalema para intentar volver loca a Cruz y lograr su internamiento en un sanatorio. Parece que, por el momento, la táctica está funcionando igual de “bien” con su hermana. Debo destacar la brillante dirección de la escena final del episodio, con ese plano holandés que intensificó la sensación de desequilibrio. Las escenas de Eugenia nunca decepcionan, y por eso me apena tanto pensar que el personaje podría estar en serio peligro. Necesitamos que Eugenia continúe en la serie, que llegue a la cabecera, porque lo contrario sería desgarrador.
Al margen de esta trama principal, un breve comentario sobre una escena entre Jacobo y Martina. Aclaro que Jacobo no tiene ninguna conexión con el tal Esteban Montecaro del accidente de avión del que habló Curro, lo que lo descarta como sospechoso de atentar contra Hanna. La escena exterior entre Jacobo y Martina me resultó curiosa. Diría que no se trata del palacio del Rincón, la localización habitual para los exteriores del jardín de La Promesa. Juraría que esta localización nunca ha aparecido antes en la serie. Recordar 600 capítulos es un desafío, pero mi memoria para estos detalles suele ser bastante buena. La presencia de una doncella en la escena sugiere que intentaron simular los exteriores de La Promesa en una nueva localización. Un detalle curioso que quería señalar.
Por el momento, lo dejo aquí. Les invito a compartir en los comentarios sus opiniones y disgustos, que imagino serán similares a los míos. No olviden dejar un buen “me gusta” y suscribirse al canal para no perderse el mejor contenido de “La Promesa”. Y si desean sumergirse en más historias de época, les recuerdo que mi novela “Postbellum”, un thriller apasionante ambientado en la España de 1920, está disponible en Amazon. Un thriller lleno de pasión con personajes inolvidables y un vocabulario que les transportará a la España de aquella época. El enlace está en la descripción y en el primer comentario fijado. ¡Muchas gracias por todo y nos vemos mañana con más vídeos!