«No solo Rómulo se jubila» — Con esa frase cargada de simbolismo, Joaquín Climent dejó claro que su despedida de La Promesa va más allá de un simple giro de guion. En un episodio profundamente emotivo, el actor dijo adiós a uno de los personajes más queridos de la serie: Rómulo Baeza, el mayordomo que supo ganarse el respeto de todos por su integridad, serenidad y humanidad.
La salida de Rómulo no llega sola. En una boda inesperada y conmovedora, celebrada gracias a la complicidad de Alonso, Rómulo une su vida a la de Emilia, la enfermera que ha sido su sostén en los últimos tiempos. Esa ceremonia íntima, más allá del “sí, quiero”, simbolizó un cierre poético tanto para los personajes como para los intérpretes. Arantxa Aranguren, quien da vida a Emilia, lo definió con ternura: “Es muy bonito dibujar un amor maduro”.
Lo que el público presenció en pantalla fue, en realidad, el reflejo de una decisión cuidadosamente meditada fuera del plató. Joaquín Climent lo ha confirmado: su retiro como Rómulo coincide con un hito en su vida personal. “No solo Rómulo se jubila. Casualmente coincide con mi jubilación”, compartió el actor con una mezcla de nostalgia y esperanza. Sin embargo, dejó claro que su vocación artística no termina aquí: “Como actor voy a seguir trabajando, por supuesto”.
El legado de Rómulo no se mide solo por sus escenas. Climent ha sido una pieza clave del alma de La Promesa desde el primer día de rodaje. Él mismo recuerda con precisión el inicio de la aventura: “Fue un 4 de septiembre, en exteriores. Salí convencido de que había serie”. Su confianza en el proyecto, compartida con el equipo desde el principio, se ha visto plenamente justificada con el paso del tiempo.
Entre todos los rincones del palacio, el despacho del mayordomo fue su escenario favorito. Allí, en ese pequeño refugio narrativo, se desarrollaron algunos de los momentos más íntimos y reveladores de la serie. “Ese decorado ha sido un regalo”, dijo el actor, resaltando la profundidad emocional que ofrecía cada escena en ese espacio.
Pero si algo ha marcado su paso por La Promesa, ha sido el ambiente de trabajo. Tanto Climent como Aranguren coinciden en que han vivido una experiencia humana excepcional. “Es de las veces que más cómodo me he sentido en un ambiente de trabajo”, confiesa él. Ella, con gratitud, agrega: “Aquí se trabaja muy bien, y no siempre se puede decir lo mismo”.
Ambos actores, con trayectorias sólidas y reconocidas, han querido dejar un mensaje para las nuevas generaciones. Climent se mostró directo: “Si de verdad tienes ganas, hazlo. Te irá mejor o peor, pero tienes que hacerlo”. Aranguren, en cambio, subrayó la importancia de la evolución: “Es un trabajo vocacional y eso no puede fallar. Me parece muy importante estar en permanente construcción”.
La salida de Rómulo marca, por tanto, el fin de una etapa tanto para el personaje como para el actor. Un cierre lleno de gratitud, amor maduro y decisiones valientes. Pero también, el inicio de algo nuevo. Climent no se va del todo; simplemente cambia de piel, dejando atrás un personaje inolvidable para seguir explorando otros caminos interpretativos.
¿Puede un adiós ser también un comienzo? ¿Qué recuerdos guardarás de Rómulo en La Promesa?