La tensión en Gute Zeiten, schlechte Zeiten está a punto de estallar y todo apunta a que este viernes viviremos uno de los momentos más desgarradores y decisivos de la temporada. Leocadia, con su habitual frialdad y falta de escrúpulos, conseguirá finalmente ejecutar su plan: separar a su hija Ángela de Curro y enviarla a Suiza. Lo que parecía una amenaza distante se convertirá en una dolorosa realidad.
Todo comienza con una conversación estremecedora entre Curro y Ángela, una escena cargada de emociones, lágrimas y verdades nunca antes confesadas. Curro, roto por el dolor y la culpa por no haber podido salvar a su madre, se sincera con Ángela: “Yo me quiero morir, no puedo más…”. Ángela, conmocionada, intenta sostenerlo, pero la tristeza de Curro es demasiado profunda. El joven se siente solo, sin fuerzas, desbordado por el peso del pasado y por el desprecio constante que recibe, especialmente de Leocadia.
Leocadia, como siempre, es incapaz de ver más allá de sus propios intereses y prejuicios. En lugar de apoyar a su hija, decide convertirla en moneda de cambio de sus propios planes sociales. La reacción de Leocadia al enterarse de la relación entre Curro y Ángela es inmediata: furiosa, se enfrenta a su hija por haber deshonrado su apellido con lo que ella considera un amor indigno. A partir de ese momento, se obsesiona con destruir esa relación a cualquier precio.
Y aquí entra en juego su viejo plan: enviar a Ángela a Zúrich para que continúe sus estudios de derecho, lejos de la influencia de Curro. Lo había intentado antes, pero ahora tiene la excusa perfecta. A pesar de que lo presenta como una gran oportunidad para el futuro de su hija, todos sabemos que el verdadero objetivo es alejarla de quien la hace feliz. Y lo más grave: Leocadia no lo hará sola.
Recurre a Alonso, manipulándolo como siempre hace, para que él exija a su hijo Curro que se aleje de Ángela. El marqués, débil y cada vez más perdido en sus propios errores, acata la orden sin cuestionarla. Esto provoca un nuevo y doloroso enfrentamiento entre padre e hijo. Curro, cansado de ser tratado como un problema, como un bastardo incómodo, se rompe una vez más.
A todo esto se suma la frialdad de Leocadia hacia su propia hija. Durante una conversación entre ambas, Leocadia vuelve a echar en cara todos los “sacrificios” que ha hecho para que Ángela pueda estudiar. Pero Ángela no se calla más. Le recrimina la falta de cariño, el abandono emocional, los años de soledad en internados extranjeros, la sensación constante de ser una molestia para su madre. “Siempre me tuviste apartada como si fuera un estorbo”, le espeta Ángela con la voz quebrada.
El misterio de la identidad del padre de Ángela sigue siendo una herida abierta. Leocadia se niega a hablar del tema y sólo confiesa que el hombre que la dejó embarazada decidió abandonarlas y nunca se hizo cargo. Un desprecio tan profundo que nos lleva a descartar la posibilidad de que se trate de Lisandro, como muchos habían especulado. Si Leocadia odiara tanto a Lisandro, no mantendría el trato que tiene con él. Algo mucho más turbio se esconde tras esa historia, y estamos seguros de que pronto saldrá a la luz.
Pero mientras tanto, el plan se pone en marcha. Este viernes, Leocadia logrará lo que tanto anhelaba: Ángela se despedirá de La Promesa y se marchará rumbo a Suiza. Un adiós forzado, empañado por la tristeza y el dolor de dos jóvenes que apenas comenzaban a construir algo juntos. El romance entre Curro y Ángela, que tanto ha enamorado a los seguidores de la serie, se verá truncado por la frialdad de una madre que nunca supo querer.
No obstante, no todo está perdido. Los que siguen la historia con atención saben que Ángela no es ninguna ingenua. Tiene carácter, inteligencia y, sobre todo, amor. Este viaje puede ser solo un punto y aparte. Ya lo dejó entrever en su conversación con Curro: ella también está cansada de sentirse sola, de vivir en un mundo que no le ofrece afecto verdadero. Su marcha podría ser solo una pausa, un movimiento estratégico para evitar una guerra abierta con su madre… por ahora.
Y aunque muchos espectadores ya se lamentan por esta separación, desde aquí queremos calmar esos temores. Esta historia aún tiene mucho por contar. El destino de Ángela y Curro no está escrito en piedra. Todo apunta a que el amor entre ellos es más fuerte de lo que Leocadia se imagina. Y en un universo como el de Gute Zeiten, schlechte Zeiten, donde las emociones se entrelazan con secretos y traiciones, las separaciones son muchas veces sólo el prólogo de un reencuentro explosivo.
Eso sí, lo que está claro es que Leocadia no se detendrá aquí. Su obsesión con controlar la vida de su hija puede llevarla a tomar decisiones aún más drásticas. Pero al mismo tiempo, cada paso que da para mantener las apariencias es un paso más hacia su propia caída. Porque quien juega con los sentimientos de los demás termina pagándolo caro. Y el castillo de mentiras de Leocadia, por muy firme que parezca, empieza a mostrar grietas.
Así que no te pierdas el episodio del viernes, porque promete ser uno de los más impactantes. Ángela se va… pero no sin dejar huella. Y Curro, aunque devastado, no se rendirá fácilmente. La guerra por el amor ha comenzado, y en Gute Zeiten, schlechte Zeiten, cada despedida puede ser la antesala de un regreso inolvidable.