Una simple llamada cambia el curso de todo. Marta y Luis reciben una alerta alarmante: su fragancia estrella podría haber sido plagiada. La sospecha de espionaje industrial se cierne sobre Perfumerías De La Reina. Joaquín, Marta y Luis sienten que alguien les ha robado más que una fórmula: les han arrebatado el fruto de su pasión y esfuerzo.
Gabriel, tan hábil como siempre, aprovecha la crisis. No pierde tiempo en desviar la atención hacia Cobeaga, el proveedor, y ordena a Damián investigarlo. Lo que parece un gesto protector es, en realidad, otra jugada en su estrategia de poder.
Mientras tanto, Manuela sigue envuelta en dudas tras su noche con Gaspar. Claudia percibe todo en los silencios, en los gestos, en la manera en que Manuela esquiva la idea de un balneario. Algo se ha roto y nadie sabe si podrá recomponerse.
Don Pedro, enfrentado a la realidad, no tiene más remedio que tender la mano a Cristina. Su perfume ha salvado la producción conmemorativa y su talento ya no puede ser ignorado. Cristina, emocionada, confiesa su deseo de quedarse en la empresa. Pero ese anhelo deja a Ana con un dolor inesperado, como si el vínculo entre ellas estuviera desapareciendo.
Gracias a Irene, que actúa como puente de paz, madre e hija adoptiva logran reconciliarse. Un momento íntimo que disuelve tensiones… al menos por ahora.
En el terreno del amor, Irene y Damián avanzan sin freno. Su relación, cada vez más sólida, desata la furia de Don Pedro. Incapaz de aceptar ese vínculo, lo enfrenta con dureza. Pero Irene solo quiere vivir su verdad, libre de cadenas.
Raúl, por su parte, descubre que Claudia organizó la partida de dominó para animarlo. Un gesto que lo despierta del todo: ya no ama a María. Inspirado por esa claridad, le propone a Claudia una cita. ¿Aceptará? Claudia, sorprendida, lo comparte con sus amigas mientras su corazón tambalea entre el miedo y la curiosidad.
Gaspar convierte un deseo en realidad: le regala a Fina un cuarto de revelado, cumpliendo un sueño largamente postergado. Y en una escena cargada de ternura, Teo y Raúl estrechan lazos mientras arreglan una furgoneta, consolidando una amistad inesperada.
El artículo de Luz se publica y recibe el reconocimiento de Luis. Y finalmente, Begoña ya no puede seguir ocultándolo: le confiesa a Gabriel que Andrés sabe la verdad sobre ellos. La tensión entre ambos es tan densa que cualquier gesto, cualquier palabra, puede desencadenar un terremoto.
¿Hasta dónde llegará Gabriel para proteger su posición?
¿Logrará Marta defender su creación frente al espionaje?
¿Podrá Claudia permitirse amar sin miedo?
¿Y qué hará Don Pedro si el amor vuelve a desafiar su poder?
En Sueños de Libertad, nada permanece oculto por mucho tiempo. Esta semana, lo personal y lo profesional chocan con fuerza. Y las consecuencias… apenas comienzan.