¿Amor prohibido o destino inevitable? Marta y Fina rompen las reglas… y los corazones.

«No me importa el apellido. Me importa a quién amo.»

Con esa frase, Marta rompió con todo. Con su madre. Con su pasado. Con el miedo. En un momento de absoluta claridad, decidió que el amor verdadero vale más que cualquier apellido, cualquier juicio, cualquier norma impuesta por una sociedad que no sabe lo que es vivir con el corazón en carne viva.

La historia entre Marta y Fina no comienza con pasión desenfrenada, ni con promesas de eternidad. Comienza en silencio. En la soledad de un convento, entre susurros y miradas que esquivan el dolor. Ambas, marcadas por un pasado que pesa, por expectativas que asfixian, se encuentran. Y lo que parecía solo amistad, comienza a arder desde adentro, como brasas bajo la ceniza.

El punto de quiebre llega durante una celebración en el pueblo. Entre fuegos artificiales, música, y una multitud que no sabe lo que está por suceder, Marta y Fina se toman de la mano. Huyen riendo, como si el mundo no existiera. Y cuando se besan, el tiempo se detiene. No hay palabras. Solo una certeza silenciosa: esto es real.

Pero el pueblo, ese escenario lleno de ojos que todo lo ven, no perdona. Al día siguiente, los rumores son cuchillos. Fina es confrontada por su tía, una mujer que considera la libertad un error y el amor una amenaza si no se ajusta a sus creencias. Le exige explicaciones, le exige vergüenza. Fina, por primera vez, no baja la mirada.

Marta tampoco lo hace. Su madre, al descubrir la verdad, reacciona con frialdad. La acusa, la amenaza. Pero Marta ya no es la niña obediente. Es una mujer que ha encontrado algo más grande que el miedo: el amor. Y está dispuesta a todo por protegerlo.

El callejón donde se besaron por primera vez se convierte en refugio. Bajo la misma farola, con lágrimas en los ojos, Fina le dice: «Si tú das un paso, yo lo doy contigo». Marta no duda. Le responde: «Entonces corramos». Y así lo deciden. Dejarlo todo atrás. Huir no por cobardía, sino por dignidad.

MARTA AND FINA-Sueños de Libertad 300 (Fina y Marta disfrutan de un momento  íntimo y sincero❤️❤️) - YouTube

Sin embargo, justo cuando el escape parece inminente, una tragedia sacude al pueblo: un incendio destruye tierras cercanas, y las sospechas apuntan hacia Fina. La policía investiga. El miedo regresa. Marta quiere quedarse, ayudar, no abandonarla. Fina, en un gesto de amor puro, intenta alejarla. No quiere que ella pague por las sombras de su pasado. Pero Marta no se mueve.

Con la ayuda de Jesús y Clara, logran demostrar su inocencia. La tensión se disipa. Pero queda claro: su amor siempre será puesto a prueba. No por ellos, sino por un mundo que aún no está listo para ver dos mujeres ser felices.

En el episodio final de esta semana, Marta y Fina suben a un tren. No hay maletas. No hay certezas. Solo miradas llenas de esperanza. A través de la ventana, Marta susurra: «Este no es el final. Es el principio». Fina le toma la mano y sonríe: «El amor verdadero no se esconde. El amor verdadero… lo conquista todo».

Porque Sueños de libertad no solo cuenta historias de amor. Nos habla de coraje. De resistencia. De almas que eligen ser libres, a pesar del precio.

¿Y tú? ¿Hasta dónde llegarías por amor?

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