“Es domingo, un poco más tarde de lo habitual, pero aquí estamos para contarte lo que veremos la próxima semana en La Promesa.” Así comienza una semana que promete ser explosiva, donde un banquete aparentemente glorioso para los marqueses de Luján se convierte en el epicentro de conspiraciones, regresos inesperados y el surgimiento de nuevos lazos que podrían alterar para siempre el delicado equilibrio de la casa. Desde el 23 hasta el 27 de junio, los capítulos del 621 al 625 desvelarán los entresijos de una trama que está que arde.

La celebración del nuevo título concedido a Adriano, orquestada por Lisandro y Leocadia, lejos de ser un motivo de alegría, se presenta como una prueba de fuego para el joven. Desde el primer momento, Adriano se muestra inquieto, consciente de la exposición y el juicio implacable al que será sometido. Catalina, su esposa, y Curro, su leal apoyo, se esfuerzan por prepararlo, guiándolo para que se comporte a la altura del gran evento. Sin embargo, lo que Adriano desconoce es que, tras esta fachada de celebración, Alonso y Leocadia tienen un propósito adicional y más íntimo para la fiesta: encontrar una esposa adecuada para Manuel, una injerencia que chocará de frente con la autonomía del joven.

En la zona de servicio, el regreso inesperado de Petra Arcos sacude los cimientos del palacio. Con una actitud beligerante y una determinación férrea, Petra está dispuesta a recuperar su puesto de ama de llaves, cueste lo que cueste. Su llegada genera una tensión palpable con Pía y Rómulo, quienes ven amenazada la estabilidad que tanto les ha costado construir. La situación se agrava cuando Petra, poseedora de un secreto explosivo, amenaza con revelar el beso entre María y Samuel, utilizando esta información como un arma para manipular y reafirmar su poder. El regreso de Petra no es solo una vuelta al trabajo, es una declaración de guerra.

Paralelamente, el tema de la Joyería Yob continúa siendo un foco de tensión y misterio. Lope, tras compartir con Curro y Pía la impactante verdad sobre la relación de Vera con el Duque de Carril –que no solo es su padre, sino también el propietario de la infame joyería–, trama un peligroso plan. Su objetivo es infiltrarse en la casa del duque para desvelar más secretos sobre esta oscura conexión. Lope intenta convencer a Vera de que lo ayude en esta arriesgada empresa, a pesar de los riesgos inminentes. La desaparición de Esmeralda, cuya ausencia se ha notado en todo el servicio, aumenta la inquietud de Pía y Curro, quienes temen por su destino. Mientras tanto, Curro, impulsado por su sentido de la justicia y la necesidad de proteger a Ángela de los abusos de Lorenzo, decide espiar al joven y, finalmente, lo confronta, marcando un claro límite ante su comportamiento inapropiado.

En un plano más íntimo, Rómulo se sincera con Emilia, la mujer que ama, revelándole la oferta del marqués Alonso de una casa para que se queden en La Promesa tras su anuncio de partida. A pesar de la generosidad de la propuesta, Rómulo no duda en rechazarla, pues su verdadero sueño es vivir junto al mar con Emilia. Sin embargo, su plan de una tranquila despedida se verá trastocado por una última y extraordinaria petición de Alonso. En otro rincón de la mansión, Leocadia, con su habitual astucia, accede al regreso de Ángela a La Promesa, pero impone unas condiciones que, lejos de ser benevolentes, prometen ser una cadena de humillaciones para la joven.

Manuel, ajeno a los intentos de sus padres por encontrarle una esposa adecuada, persiste en su intención de no acudir al banquete. Sin embargo, su determinación se ve sacudida por la llegada de una misteriosa carta de su madre, doña Cruz. La misiva lo deja inquieto, llevándolo a buscar consejo en Rómulo. Tras leerla, y confrontado por el contenido manipulador de la carta, Manuel decide quemarla y miente a su padre, asegurándole que nunca la abrió, un acto simbólico de rebelión contra el control materno. A pesar de su férrea resistencia inicial, la insistencia de Alonso lo convence finalmente de asistir a la fiesta.

Ya en la celebración, Manuel se convierte en el centro de atención de numerosas señoritas, herederas de la alta sociedad. Intenta librarse de ellas, pero hay una especialmente insistente de la que no logra escapar. Para su sorpresa, esta joven le revela algo asombroso relacionado con su negocio y los misterios que rodean el hangar. Esta enigmática figura se llama Enora, y su aparición promete un nuevo e intrigante capítulo en la vida de Manuel, abriendo la puerta a posibles conexiones que van más allá de lo superficial. En la planta de servicio, Rómulo motiva a su equipo para que la fiesta sea un éxito, deseando que sea el broche de oro de su carrera. No obstante, la actitud hostil de Petra persiste, desafiando los intentos de Teresa y Emilia por hacerla entrar en razón. La semana culmina con la misteriosa Enora presentándose en el hangar al día siguiente de la fiesta. Toño queda perplejo ante las verdaderas intenciones de la joven, pero la reacción de Manuel es completamente opuesta, sugiriendo un giro inesperado en la trama. La Promesa se convierte, una vez más, en el escenario de dramas personales y decisiones trascendentales que prometen mantener a los espectadores al borde de sus asientos.

¿Qué revelaciones traerá la presencia de Enora en el hangar? ¿Y cómo afectará esta nueva conexión a las complejas relaciones ya existentes en La Promesa?