En el capítulo 336 de Sueños de libertad, el universo emocional de los personajes se desborda. Marta y Fina se enfrentan a un dilema que pone a prueba su lealtad mutua, sus ambiciones y los sacrificios que ambas están dispuestas a hacer por el futuro de la familia. Marta, atrapada en su matrimonio por conveniencia, da el paso definitivo al apoyar el ascenso político de su esposo. Pero lo hace con una única condición: la aprobación de Fina. Su conversación es sincera, dolorosa y reveladora. Ambas saben que ya no hay vuelta atrás: los sacrificios del pasado solo abren la puerta a los del presente.
Fina, conmovida y solidaria, acepta. Aunque advierte que la política no es un juego limpio, le promete a Marta que la apoyará, incluso si eso implica dejar a un lado sus propias convicciones. Es un pacto entre hermanas, pero también una renuncia personal disfrazada de empoderamiento.
Mientras tanto, un giro desgarrador sacude a la familia: María, en un momento de desesperación y profunda tristeza, intenta quitarse la vida. Raúl y Manuela la descubren a tiempo y actúan con rapidez para contener la hemorragia. La escena es sobrecogedora: María inconsciente, pálida, herida. La doctora se apresura a estabilizarla y alerta a Andrés, quien corre al lugar temiendo lo peor. María balbucea entre lágrimas que preferiría morir a vivir sin Andrés, desnudando la intensidad de su dolor y la profundidad de su amor truncado.
Por otro lado, Irene enfrenta un nuevo drama moral: Cristina sigue sin saber que ella es su verdadera madre. Aconsejada por Digna, revive su propio pasado y se pregunta si decirle la verdad a Cristina significaría perderla para siempre. Es un dilema que revela las heridas del pasado, el miedo al rechazo y el deseo de una redención silenciosa.
A nivel laboral, Andrés se enfrenta a decisiones empresariales difíciles tras una posible demanda por un accidente. Aunque actúa con firmeza, las tensiones crecen, y no todos en la fábrica están de acuerdo con sus métodos. Hay reuniones con abogados, llamadas urgentes y sospechas sobre empleados desaparecidos. La tormenta laboral no hace más que intensificarse.
Mientras tanto, Cristina y Luz trabajan en una nueva fragancia inspirada en amapolas, pero detrás de ese ambiente creativo también se esconde una reflexión sobre el legado, los recuerdos familiares y las decisiones que marcarán sus futuros. La relación entre ambas se fortalece, aunque aún queda mucho por descubrir.
El capítulo culmina con Marta y Fina compartiendo un momento íntimo y sereno. Es una tregua emocional en medio del caos, un recordatorio de que, pese a las heridas, el amor —aunque imperfecto— sigue siendo el refugio más fuerte.
Un episodio donde el sacrificio, la verdad y la desesperación se entrelazan con una fuerza desgarradora. ¿Podrán salvar a María? ¿Resistirá la unión entre Marta y Fina la presión del poder? ¿Y qué pasará cuando Cristina descubra la verdad?