La próxima semana en La Promesa, las tensiones alcanzan niveles alarmantes cuando Manuel comienza a sospechar que el supuesto robo que sufrió Toño es solo la punta del iceberg. Tras ponerse en contacto con el cuartel de Valverde de la Jara, lo que escucha al otro lado del teléfono lo deja totalmente perplejo. Los datos que recibe no coinciden con el relato de Toño y, aún más inquietante, apuntan a la posibilidad de una red criminal mucho más sofisticada detrás del incidente. Alarmado, Manuel decide dar un paso firme y entrega la investigación al sargento Burdina, confiando plenamente en sus habilidades para desentrañar el misterio.

Mientras tanto, Curro se enfrenta a una constante presión psicológica provocada por Lisandro, cuyas palabras, cargadas de sarcasmo, tocan las fibras más sensibles de su pasado. Aunque Curro intenta mantenerse en silencio, su furia va creciendo día a día, especialmente porque está convencido de que Jacobo no solo busca desacreditarlo, sino que podría estar directamente involucrado en la muerte de Hann. Su sospecha se fortalece cuando encuentra un teléfono móvil con información que podría ser clave en el caso y decide entregárselo discretamente a Pía.

Por otro lado, Adriano, de visita en el palacio, cree reconocer al duque de Carvajal y Cifuentes, lo que revive viejos recuerdos vinculados a turbios negocios del pasado con el Conde de Monteverde. Este reconocimiento no es irrelevante: podría desenterrar conexiones que aún siguen influyendo en el presente.

En una escena más íntima, López sorprende a Vera con una lujosa pulsera de esmeraldas, aparentemente de una prestigiosa joyería. Aunque al principio se muestra emocionada, pronto surge en ella la sospecha: ¿cómo pudo López permitirse algo tan costoso? Vera empieza a temer que el regalo tenga orígenes cuestionables, quizás relacionados con noches en el casino o incluso con algún plan oculto de Cruz.

Por su parte, la relación entre Emilia y Rómulo comienza a suavizarse tras años de tensiones. Aunque aún quedan heridas sin cerrar, ambos muestran voluntad de avanzar hacia una reconciliación más madura y emocionalmente profunda.

Leocadia, con su astucia habitual, idea una nueva forma de manipular a Eugenia, fingiendo poseer información comprometedora sobre Cruz para captar su atención. En paralelo, Lorenzo lleva a cabo un siniestro plan: disfrazando una droga en un supuesto linimento terapéutico, va debilitando poco a poco la mente de Eugenia. La salud mental de esta comienza a deteriorarse visiblemente, aunque ella intenta mantenerse alerta, decidida a no repetir los errores del pasado.

Mientras tanto, María Fernández descubre en la habitación del padre Samuel una carta del obispado que podría poner en riesgo su permanencia en el palacio. Consciente del peligro que esto representa, María se ve obligada a tomar una decisión que podría cambiar el destino de todos.

Curro, consumido por sus dudas, acude a Manuel con la firme convicción de que Jacobo está vinculado tanto con la muerte de Hann como con el intento de asesinato que él mismo sufrió. Sin embargo, lo que Manuel le revela lo deja desconcertado: los vínculos de Esteban Montecaro con el pasado podrían arrastrar a Curro a una red de conspiraciones aún más oscuras, incluso dentro del mismo palacio.

Ricardo, por otro lado, no logra superar la partida de su hijo Santos. A pesar de sentarse cada día con los sirvientes, su dolor es evidente. En una conversación con Pía, confiesa su tristeza y esperanza de que algún día su hijo regrese.

Leocadia y Lorenzo, cada vez más decididos, siguen adelante con su plan para lograr que Eugenia pierda por completo la cordura. Utilizan desde fármacos ocultos hasta manipulaciones emocionales para aislarla y que finalmente regrese al sanatorio. Sin embargo, Eugenia, más precavida, empieza a observar con desconfianza a quienes la rodean.

En otro ángulo del drama, Jacobo intenta entender el origen de la rabia de Martina hacia Lisandro. Durante este proceso, descubre que su prometida no solo desconfía de Lisandro, sino también de él, lo que pone en peligro su relación. Ambos deberán enfrentarse a conversaciones difíciles sobre su pasado si quieren seguir adelante.

Leocadia, aprovechando el caos, pone en marcha una estrategia personal: intenta forjar una alianza entre el duque de Carvajal y la familia Luján usando como moneda de cambio a los bebés de Catalina. Lejos de ser solo criaturas inocentes, estos niños se convierten en herramientas para afianzar el poder político de Leocadia y asegurar su dominio en el palacio con el respaldo de Lisandro.

Una bomba estalla cuando Teresa revela a Petra y Rómulo que Eugenia supuestamente agredió al capitán de la mata. Esta noticia provoca una ola de preocupación, ya que el frágil estado mental de Eugenia podría desestabilizar no solo su entorno inmediato, sino toda la hacienda. María Fernández nota señales de confusión en Eugenia y se preocupa aún más.

Leocadia, fingiendo empatía, la convence de salir a dar un paseo, supuestamente para mejorar su ánimo. En realidad, esta salida es parte de la estrategia para alejarla de cualquier posibilidad de recuperarse. Mientras tanto, María Fernández sigue convencida de que Petra está detrás de la carta enviada contra el padre Samuel y decide investigar.

La tensión entre Rómulo y Emilia, aunque presente, comienza a disiparse, permitiéndoles mostrarse más vulnerables y sinceros el uno con el otro. En un momento conmovedor, la franqueza de Emilia lleva a Rómulo a bajar la guardia, generando una conexión emocional renovada entre ambos.

Vera, por su parte, descubre que la pulsera que recibió de López es falsa y se lo comunica sin rodeos. Aunque él asegura no haberlo sabido, empieza a dudar de la procedencia del regalo, aumentando el misterio a su alrededor.

Adriano escucha por casualidad a Petra y otros empleados hablando mal de él en la cocina, lo cual afecta profundamente su orgullo. Este malestar culmina en un inesperado enfrentamiento con Lisandro, que parece presagiar conflictos aún más graves.

Finalmente, Curro se sincera con Pía y le revela que está seguro de haber descubierto al asesino de su hermana Hann. Todas sus sospechas apuntan a Jacobo, aunque aún no cuenta con pruebas concluyentes. Sin embargo, esta nueva información podría ser clave para descubrir la verdad detrás de los secretos más oscuros de La Promesa.

En medio de tantas intrigas, traiciones y estrategias ocultas, el sargento Burdina se prepara para intervenir, marcando lo que promete ser una semana explosiva en el palacio, donde el destino de muchos pende de un hilo… y donde la salud de Eugenia corre más peligro que nunca.