En el próximo capítulo de La Promesa, la tensión entre los personajes llega a un punto crítico, donde las maquinaciones y estrategias para eliminar a Eugenia toman un giro inesperado. Tras ganarse la confianza de Eugenia, Leocadia se acerca a Lorenzo para anunciar que el plan final está listo para ejecutarse, pero la verdad es que este plan es más complicado y peligroso de lo que parece.
Leocadia entra en la habitación de Lorenzo con una mirada fría y decidida, lista para poner en marcha la última jugada para deshacerse de Eugenia de una vez por todas. Lorenzo, aunque inquieto, escucha las palabras de Leocadia, quien asegura que ya ha logrado que Eugenia baje la guardia y le haya confiado secretos importantes. Sin embargo, Lorenzo teme que el plan implique algo demasiado extremo, algo que afecte directamente la vida de Eugenia.
Leocadia, con una sonrisa sarcástica, revela un revólver antiguo, con empuñadura de marfil, que extrae de un cajón. Aunque Lorenzo se muestra horrorizado ante la idea de usar un arma, Leocadia le explica que no necesitarán disparar; en realidad, el revólver estará descargado. La intención es que Eugenia lo encuentre, creando la impresión de una situación violenta o inestable, lo cual sería suficiente para que la internaran en un sanatorio mental.
Este plan maquiavélico busca manipular la percepción de Eugenia ante todos, haciéndola parecer loca y peligrosa, justificando así su internamiento forzoso y eliminándola del camino de Lorenzo y Leocadia. Lorenzo se siente atrapado, incapaz de encontrar otra salida, pero finalmente acepta la propuesta bajo la presión y manipulación de Leocadia.
Esa misma noche, Lorenzo se prepara para llevar a cabo el plan. Coloca cuidadosamente el revólver descargado en un cajón oculto, mientras su rostro refleja angustia y duda, una mezcla de miedo y resentimiento que lo consume por dentro. Por otro lado, Eugenia, ajena a lo que se trama contra ella, descansa con tranquilidad en su habitación, disfrutando de un momento de paz tras tantas humillaciones y sufrimientos.
Pero lo que Lorenzo y Leocadia no esperan es que Eugenia será mucho más astuta y fuerte de lo que ellos imaginan. Con inteligencia y cautela, Eugenia comenzará a sospechar y a tramar su propia estrategia para descubrir la verdad y ponerlos en evidencia delante de todos. Su habilidad para desenmascarar la conspiración será tan brillante que no solo logrará salvarse a sí misma, sino que también enviará a Lorenzo y Leocadia directamente a la cárcel.
Mientras tanto, en otra parte del palacio, Leocadia busca consuelo y apoyo en Alonso, el marqués. En un diálogo íntimo y lleno de emociones, Leocadia revela sus sentimientos de vacío y desesperanza. Alonso, decidido y seductor, le promete un futuro juntos, incluso anunciando que pedirá el divorcio a Cruz para poder estar con ella libremente. Esta subtrama añade un elemento de romance y drama que contrasta con la tensión que se vive en la casa.
Pero de vuelta a la conspiración, la tensión aumenta y el destino de todos queda en manos de las astutas maniobras de Eugenia, quien con paciencia y valentía enfrentará a sus enemigos, poniendo fin a la oscuridad que ha amenazado con destruirla. El capítulo promete giros inesperados, emociones intensas y un desenlace que cambiará para siempre la historia de La Promesa.
En resumen, Eugenia, con una jugada maestra, logra convertir la trampa diseñada para atraparla en la ruina de sus enemigos, demostrando que su inteligencia y fuerza son la clave para sobrevivir y vencer en este juego peligroso de engaños y traiciones.