Hoy en La Promesa, un nuevo capítulo se abre con un giro tan impresionante que podría cambiar el rumbo de todos los personajes. Alonso, tras descubrir que el retrato de Cruz ha sido destruido, se siente atacado en lo más profundo de su ser. No es solo la pérdida de una pintura; es la destrucción de una parte de su historia, de su vida. El marqués se ve obligado a convocar a todos en el palacio para interrogar a cada uno de los presentes, buscando al culpable de esta afrenta.
El salón está lleno de tensión. Desde los criados hasta los nobles, todos temen lo que sucederá. Alonso, con su voz grave y controlada, deja claro que no tolerará ninguna mentira. La pregunta está en el aire: ¿quién fue el culpable? Cada rostro en la sala se convierte en un posible sospechoso, pero nadie parece dispuesto a confesar. Mientras el marqués lleva a cabo los interrogatorios, sus ojos penetrantes buscan la verdad.
Es entonces cuando, en medio de la ansiedad y la desesperación, una voz cortará el silencio: “Fui yo, marqués. Fui yo quien destruyó el retrato de Cruz.” Al girarse, Alonso se encuentra cara a cara con Hann, quien aparece ante él con una serenidad inexplicable. La escena es escalofriante. ¿Cómo es posible que ella esté viva? ¿Qué significa esto para Alonso, quien hasta ese momento había creído que Hann había muerto?
Hann revela la cruda verdad: la pintura no representaba solo a Cruz, sino a la mentira y el dolor que él y todos en la casa han soportado durante años. El retrato es un recordatorio de traiciones pasadas, y destruirlo fue su forma de liberar a la casa de esa mentira. Pero Alonso, abrumado por la revelación, no puede creer lo que está viendo ni lo que está escuchando.
Este enfrentamiento no es solo sobre el cuadro destruido, sino sobre la batalla emocional de un hombre que ha sido manipulado, engañado y finalmente despertado a una verdad mucho más grande que la pintura en sí. La confrontación culmina con un momento de reflexión que cambia para siempre el curso de los eventos.
Lo que parecía ser un sueño de Alonso podría ser mucho más que eso. Mientras la verdad se va revelando, las piezas del rompecabezas empiezan a encajar. La serie se adentra en un terreno mucho más profundo, y los personajes deben enfrentarse a las consecuencias de sus actos.
El día avanza y Alonso, decidido a descubrir la verdad, toma medidas drásticas. Convoca a un perito y manda sellar el salón. La caza de pistas y huellas dactilares comienza. Sin embargo, antes de que pueda continuar con su investigación, una frase cortará el aire y cambiará todo: “Fui yo, marqués. Fui yo quien destruyó el retrato de Cruz.”
La tensión en la mansión alcanza su punto máximo. La historia de La Promesa está a punto de dar un giro aún más profundo, y las lealtades, las mentiras y las traiciones se verán expuestas de una forma que nadie esperaba. ¿Cómo terminará esta confrontación? ¿Qué secretos más oscuros se ocultarán en las sombras de la mansión? La respuesta está por descubrirse.
¿Qué opinas de la revelación de Hann? ¿Crees que Alonso podrá manejar la verdad que acaba de descubrir?