La historia de La Promesa ha dado un giro inesperado. Cruz, la mujer que estuvo ausente durante tanto tiempo, regresa con más fuerza, más astuta y con un secreto crucial que cambiará el rumbo de todo. Después de su liberación provisional, Cruz no solo regresa a reclamar su lugar como marquesa, sino que se prepara para vengarse de aquellos que la han hecho sufrir, especialmente Leocadia, quien había conquistado el poder durante su ausencia.
Desde el primer momento en que Cruz pisa el palacio, el ambiente está cargado de tensión. Su regreso no es bien recibido, especialmente por Leocadia, quien inmediatamente trama una nueva conspiración para mandarla nuevamente a la cárcel. Sin embargo, Cruz no es una víctima más. Tiene un as bajo la manga, y lo revelará en el momento preciso: un secreto escondido en el cuadro que había enviado días antes al palacio. Lo que parecía ser solo una pintura aparentemente inocente, será la llave para desbaratar los planes de Leocadia.
Cruz, con una calma inquietante, señala el cuadro y ordena que el sargento Burdina entre en escena. En ese momento, lo que suceda cambiará todo lo que los espectadores pensaban que sabían sobre la historia. El salón se llena de murmullos y tensión cuando Cruz revela un secreto que Leocadia jamás imaginó que se descubriría.
Mientras tanto, en el corazón del palacio, Cruz intenta acercarse a su hijo Manuel, pero la fría indiferencia de él la hiere profundamente. Las palabras de Manuel, llenas de ira y dolor, hieren a Cruz de una forma que no puede ignorar. Sin embargo, a pesar del rechazo de su propio hijo, ella mantiene su postura firme, sin rendirse. Sabía que tenía que hacerle ver la verdad, algún día.
Por otro lado, la rivalidad con Leocadia alcanza nuevas alturas. Leocadia, al ver que Cruz ha regresado con más poder que nunca, decide jugar sus cartas con más astucia. En una conversación llena de malicia, le dice a Cruz que su lugar como marquesa pronto será suyo. Leocadia está decidida a ganar el favor de Alonso y hacerle creer que ella es la mujer ideal para ocupar su lado. Sin embargo, Cruz no se deja intimidar. En un duelo verbal, le deja claro que nada de lo que Leocadia haga podrá quitarle lo que siempre ha sido suyo.
Cuando todo parece estar a punto de estallar, Cruz da un paso más y, durante una cena importante en el palacio, decide revelar la verdad. Con una calma casi aterradora, se levanta de su asiento y, ante la atónita mirada de todos los presentes, demuestra que tiene pruebas irrefutables de la traición de Leocadia y Lorenzo.
¿El plan de incriminarla? Un fracaso total. La carta secreta, que estaba escondida detrás del cuadro, se convierte en la piedra angular de su venganza. Al final, Cruz no solo revelará los oscuros secretos de Leocadia, sino que también dejará claro que siempre volverá, y nada ni nadie podrá quitarle su lugar.
Las tensiones entre las dos mujeres están al límite, y el palacio se convierte en el escenario de una batalla constante de astucia, engaños y promesas de venganza. ¿Quién se quedará de pie al final? ¿Podrá Cruz finalmente vengarse de Leocadia? O, por el contrario, ¿será Leocadia quien logre quedarse con el poder de la promesa?
Lo que está por venir promete ser aún más sorprendente. ¿Qué opinas sobre este giro en la trama? ¿Crees que Cruz ha jugado sus cartas con astucia o su victoria será solo momentánea?
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