«¿Qué se esconde detrás de una caricia sincera o de una mirada prolongada? ¿Y qué ocurre cuando el amor se mezcla con la ambición?»
Así comienza una semana explosiva en Sueños de libertad, donde cada gesto puede encerrar una estrategia y cada confesión desatar una tormenta. Desde el lunes 28 de julio hasta el viernes 1 de agosto, la historia avanza entre emociones crudas, conspiraciones familiares y una amenaza que sacude los cimientos de Perfumerías La Reina.
Gabriel, incapaz de seguir callando lo que siente, confiesa su amor a Begoña y la besa. Ella, aunque aún marcada por el estrés del juicio contra Dios Daddado, encuentra en él una calma inesperada. Lo que parece un momento íntimo se transforma en una jugada estratégica, observada desde la sombra por María, quien sonríe: todo forma parte de su plan. Andrés, testigo de esta cercanía, sufre en silencio. Gaspar intenta acercarse a Manuela, pero se topa con una frialdad desconcertante.
Mientras tanto, unas cartas halladas por Pelayo levantan sospechas sobre las verdaderas intenciones de Gabriel. Don Pedro, al leerlas, comienza a desconfiar del abogado justo cuando este regresa victorioso junto a Begoña tras la audiencia. Pero la victoria dura poco. El propio Pedro insinúa que Gabriel actuó con demasiada parcialidad. La tensión se acumula. Cristina, por su parte, empieza a replantearse su decisión de alejarse de la fábrica. Luz, con su calidez habitual, guía a Irene en su relación con Cristina, sembrando nuevas esperanzas.
El martes, Gabriel le revela a María que besó a Begoña. La reacción de ella es ambigua: sarcasmo, celos, confusión. Se da cuenta de que lo que siente por él ya no es tan simple. En paralelo, don Pedro, agotado y enfermo, se niega a recibir atención médica. Luz celebra un logro profesional, mientras Raúl, al reencontrarse con María, cierra definitivamente un capítulo de su vida. En una escena cargada de emoción, Cristina toma una decisión que lo cambia todo: contactar a doña Ana.
El miércoles, Cristina confirma su decisión de continuar como perfumista en la empresa. Su madre sospecha que detrás de ese giro hay algo más profundo: Irene. Claudia y Fina se embarcan en un proyecto benéfico que entusiasma a todos. Pero no todo es ligereza. Begoña, movida por las emociones que ya no puede contener, besa nuevamente a Gabriel. Andrés, cada vez más perturbado, sospecha lo inevitable: ha perdido a Begoña. Digna, preocupada por Pedro, insiste en que debe ver a un médico. Entre tanto, los lazos románticos florecen. Raúl invita al cine a Claudia. Irene y Damián enfrentan a Pedro tras un estallido de furia y autoritarismo. Él sufre un mareo, preludio de algo más grave.
El jueves, los conflictos internos de la empresa estallan. Gabriel sigue avanzando con paso firme, ganando simpatías, pero ocultando un movimiento devastador. María sospecha que algo grande se avecina. Andrés, dolido, se sincera con su padre. Damián, alarmado, le exige a Gabriel que se aleje de Begoña. Irene logra un milagro: que doña Ana se acerque emocionalmente a Cristina. Marta, en paralelo, descubre una copia sospechosa del nuevo perfume. El daño a la empresa parece inevitable.
Y llega el viernes. Una bomba estalla: Brosar ha lanzado un perfume idéntico al de Cobeaga. Damián convoca una reunión de urgencia. Gabriel siembra dudas sobre la fidelidad de Cobeaga. La familia se tambalea. Claudia se ilusiona con Raúl. Fina, apoyada por Marta, sueña con un futuro fotográfico. Gabriel, advertido por Damián, duda… pero Begoña no. Ella está decidida a comenzar una relación seria. Cristina, tocada por Irene, se acerca a su legado familiar, mientras don Pedro se debilita cada vez más.
La semana termina con una tensión insoportable. Las líneas entre verdad y traición se difuminan. El amor florece, pero el peligro también.
¿Quién está dispuesto a sacrificarlo todo por el poder… y quién por amor?