El capítulo 357 de Sueños de Libertad nos deja con una carga de tensión emocional y secretos ocultos que podrían cambiar el rumbo de la historia.

La jornada comienza en el despacho de Damián, quien, preocupado por los problemas con el proveedor del lirio, llama a Andrés y Gabriel para solucionar el lío. Al saber que el proveedor canario ya no servirá, Andrés no puede evitar preguntar si es que todo se ha ido al traste, a lo que Damián responde con seriedad, comunicando que el cliente portugués no acepta el retraso en la entrega y ha amenazado con demandarlos.

Gabriel, como siempre cizañoso, introduce una chispa de tensión al mencionar que Andrés había llamado a los hermanos Betancur para asegurarse de que el acuerdo se había hecho de forma limpia. Damián, molesto, le recrimina a Andrés por esta acción, ya que sentía que esto no solo provocaba desunión, sino que también afectaba su imagen como empresa. Sin embargo, Andrés se mantiene firme en su postura, defendiendo que su movimiento era necesario para asegurar que todo estuviera en orden, aunque no deja de reconocer que su acción no fue la más inteligente.

Entre ellos, las emociones están al borde del estallido. Damián da la oportunidad a Andrés de resolver el problema, confiando en que pueda encontrar una solución con los proveedores. Pero, mientras Andrés se va a la fábrica para negociar, Damián se queda preocupado sobre las dinámicas entre los miembros del equipo. Gabriel, siempre perspicaz, comenta sobre la actitud de Andrés, sugiriendo que hay más en juego de lo que parece, y que la actitud beligerante de su compañero podría convertirse en un problema mayor.

Afuera del despacho, Gabriel se encuentra con María, quien le pregunta con sarcasmo si está enfrentando problemas con su proveedor. Gabriel, entre sonrisas irónicas, admite que las cosas no han ido como esperaba, pero se siente satisfecho de que Andrés haya quedado como el responsable del fallo. María se muestra cautelosa, advirtiéndole que, si Andrés lo tiene en la mira, debe estar muy atento, ya que su competencia interna es más peligrosa de lo que parece.

Sin embargo, Gabriel parece disfrutar el caos, riendo ante la idea de que la rivalidad entre él y Andrés solo lo beneficia. María le advierte de nuevo, aconsejándole que se cuide, y Gabriel, con su habitual tono arrogante, se va directo a buscar a Julia, quien, decepcionada por la cancelación de sus planes con Andrés, recibe la propuesta de Gabriel para dar un paseo por el río. A pesar de la tensión con su tío, Julia acepta encantada, y ambos se marchan.

Mientras tanto, fuera de la ciudad, Don Pedro y Pelayo tienen una conversación en la que Don Pedro le lanza una advertencia muy seria a Pelayo. El tono de la charla es tenso, ya que Pelayo no ha cumplido con las expectativas que Don Pedro tenía sobre él. Pelayo había estado investigando sobre el pasado de Gabriel, pero no había encontrado suficiente información que Don Pedro considerara útil. En particular, Pelayo no pudo conseguir nada más allá de un pequeño detalle que Gabriel mencionó: que cuando vino a la península, no era por trabajo, sino para conocer a su familia.

Esto desata la furia de Don Pedro, quien le recuerda a Pelayo que el negocio y las alianzas que han formado no son gratis. Le exige que obtenga más información sobre Gabriel, sobre todo en relación a Damián y su hermano perdido. Pelayo, sintiéndose acorralado, intenta defenderse diciendo que no tiene los recursos para ser un detective, pero Don Pedro lo interrumpe con dureza, sugiriendo que, al igual que él, Pelayo también debería ser capaz de conseguir lo que se le pide. La amenaza es clara: Don Pedro le deja en claro a Pelayo que, si no cumple, ambos podrían ver sus reputaciones destruidas de la noche a la mañana.

La conversación termina con una advertencia firme de Don Pedro: “Nos conviene a los dos ser aliados ahora más que nunca. La reputación de cualquiera de nosotros puede caer en cualquier momento si no nos protegemos mutuamente.”

¿Podrá Pelayo manejar la presión de Don Pedro, o se verá arrastrado por la sombra de sus propias mentiras? ¿Logrará Gabriel lidiar con las tensiones en su equipo y conseguir el control de la situación?