Con 1,2 millones de seguidores de media y un 13,4% de cuota de pantalla, “Sueños de libertad” continúa imbatible en las sobremesas de Antena 3. Está claro que, gracias a la serie que protagonizan Natalia Sánchez, Dani Tatay y Nancho Novo, las tardes de verano son mucho más entretenidas.

Por si necesitas refrescar la memoria, en el capítulo anterior de “Sueños de libertad”, Marta le contó a Fina por qué decidió no ser madre, Gabriel intentó ganarse a Julia por consejo de María, Damián presionó a Marta para hacerla cambiar de opinión, Claudia se ofreció a ayudar a Irene con su hija, doña Ana llegó a la colonia para aclarar las cosas con Cristina y Andrés sufrió un ataque de celos y arremetió contra Gabriel.

Si quieres descubrir todo lo que ocurrirá en el siguiente episodio, te lo contamos en el avance exclusivo que te ofrecemos en vemosTV del capítulo 355, que se emitirá el martes 22 de julio a las 15:45 horas en Antena 3.

Avance de lo que pasará el martes 22 de julio en el capítulo 355 de “Sueños de libertad”

Antes de irse al dispensario, Andrés intercepta a Begoña para pedirle disculpas por la discusión que generó. Sin embargo, en vez de acercar posturas, ambos vuelven a enzarzarse en una nueva pelea verbal donde Gabriel es el objeto de disputa.

Mientras Andrés no puede evitar sacar a relucir sus celos, Begoña no duda en defender al nuevo miembro de la familia. Está claro que la relación entre Andrés y Begoña está pasando por sus peores momentos.

Mientras tanto, Cristina, todavía en estado de shock tras descubrir la verdad sobre sus orígenes, decide abrirse con Luis. Le cuenta que es adoptada y que su verdadera madre es Irene Carpena. Luis, siempre sensato, anima a su compañera a darle una oportunidad a doña Ana para que pueda explicarse. A pesar de su rabia y confusión, Cristina decide seguir su consejo.

Asimismo, en plena crisis con la producción del perfume de aniversario, Gabriel reaparece con una solución que resuelve el problema de escasez de lirio, ganándose una vez más la admiración, y la desconfianza, de muchos.

En la colonia, Claudia le entrega a Cristina las cartas que le escribió Irene. Además, comparte con ella su propia historia para que la joven pueda empatizar con lo que le pasó a Irene en su juventud.

Cristina accede a leer las cartas, pero, a pesar de todo el amor que contienen hacia ella, no puede perdonar el hecho de que su madre biológica la haya abandonado y así se lo dice. También le deja claro que no quiere volver a cruzarse con ella.

En casa de los Merino, Julia visita a Teo para disculparse con él. Teme que el niño esté enfadado con ella por haber revelado sus planes de fuga, pero él no le reprocha nada. De hecho, se alegra de haberse quedado en Toledo con su nueva familia.

No obstante, la enfermedad de Gema sigue siendo una fuente de preocupación para el pequeño. Es por eso que Teo recurre a Luz para calmar su curiosidad por el tema. La médico, por su parte, se esfuerza para tranquilizar al niño lo máximo posible.

Por otro lado, Andrés descubre que don Pedro se negó en su día a ayudar a Diosdado cuando éste le pidió apoyo. Esto lo lleva a tener un fuerte encontronazo con él donde le echa en cara su falta de humanidad. Digna, que también está presente, afea la actitud de su sobrino, pero, en la intimidad, le da la razón.

En la empresa, Cristina decide confrontar a Damián y le reprocha duramente haberla contratado sabiendo quién era en realidad. Al patriarca no le queda otra que confesar que la utilizó como un peón en su guerra personal contra don Pedro. Sintiéndose utilizada y sin rumbo, toma una importante decisión respecto a su futuro laboral, quiere abandonar su trabajo en la fábrica y la colonia.

Para acabar, Gabriel descubre a María moviendo el pie y, aunque ella intenta disimular, termina por contarle la verdad. El abogado le ofrece su apoyo, después de todo, son aliados en su lucha contra los De la Reina.

Tras su convincente discurso, María decide confiar en él y le pide que le consiga una cita con un buen neurólogo para saber el progreso de su lesión y descubrir si podrá volver a caminar.