“Quiero que la seduzcas. Que la confundas. Que la alejes de él para siempre.”
La voz de María tiembla, no por miedo… sino por determinación.
El capítulo 348 de Sueños de Libertad, que se emite este viernes 11 de julio, nos coloca ante una tormenta de emociones contenidas, decisiones desesperadas y traiciones encubiertas. Lo que parecía una historia de poder se convierte en una guerra sentimental, y los peones en este tablero no saben aún el precio que pagarán por cada movimiento.
María ha cruzado una línea invisible. Sabe que Andrés todavía ama a Begoña, y ese amor silenciado es una daga constante en su pecho. Cansada de fingir, de perder, de ver cómo todo se le escapa de las manos, decide jugar su carta más peligrosa: le pide a Gabriel que seduzca a Begoña.
No es solo celos. Es supervivencia emocional. Es desesperación. María quiere romper ese lazo que siente entre ellos, aunque eso implique ensuciar las manos de otros. Y Gabriel, con su ambigua lealtad y su seducción calculada, podría aceptar… pero ¿por qué motivo realmente lo haría?
Lo que María no sabe es que Begoña ya ha notado la atracción entre ella y Gabriel. Esa tensión apenas disimulada. Ese fuego que se enciende con cada mirada. ¿Está cayendo Begoña en la trampa, o simplemente responde a un deseo que ya estaba ahí?
Mientras tanto, Pelayo sostiene un sobre en la mano. Un sobre lleno de información que don Pedro le ha entregado. Información que puede cambiarlo todo. Pero Pelayo duda. Sabe que usar esa carta significaría traicionar sus principios… y quizás a las personas que más quiere. Está ante una disyuntiva: seguir siendo el hombre correcto o convertirse en el político que tanto ambiciona ser.
Teo, por su parte, descubre las pastillas para el corazón que Gema ha estado escondiendo. Y el pasado lo golpea con fuerza: su madre también tenía esa enfermedad. El miedo se apodera de él. ¿Está Gema repitiendo la historia? ¿Podría perderla también?
En otro rincón de la historia, Claudia continúa escondiendo sus verdaderos sentimientos por Raúl. Lo observa en silencio, lo admira desde lejos, pero no se atreve a cruzar la línea que la separa de él. Mientras tanto, él se mantiene distante, atrapado en una realidad que parece cada vez más ajena a sus verdaderos deseos.
Tras el robo en el dispensario, Begoña y Luz unen fuerzas para ayudar a Sandra Diosdado, pero sus caminos también se bifurcan. La solidaridad se mezcla con la angustia personal, y cada acción parece arrastrar una carga más profunda.
En el plano empresarial, Gabriel le revela a Damián la estrategia perfecta para sacar a María del juego: inhabilitarla en la junta directiva. Damián escucha, medita… y ve una oportunidad para devolverle el control a los Merino. Pero ¿está realmente dispuesto a destruir a su propia sobrina?
Por otro lado, Beltrán, incansable, no se da por vencido. Sigue luchando por recuperar a Cristina, aunque ella ya ha dicho que no. Él no lo acepta. Cree que todavía queda algo entre ellos, pero lo que no sabe es que el corazón de Cristina ya ha empezado a latir por otro hombre… y ese hombre es Gabriel.
La tensión es asfixiante. Las traiciones se tejen como telarañas invisibles. Todos los personajes caminan sobre una cuerda floja, y basta un susurro, una decisión, para que todo se derrumbe.
En este capítulo, más que nunca, Sueños de libertad nos demuestra que el amor, el poder y la ambición pueden ser aliados… o enemigos. Todo depende de quién esté dispuesto a cruzar la línea primero.