Sueños de libertad – Capítulo 347: “Tú has decidido enterrarte en vida… y yo no me pienso hundir contigo”
El capítulo 347 de Sueños de libertad nos regala uno de los momentos más crudos y devastadores de la serie: el reencuentro entre Andrés y Begoña tras el violento asalto que ella sufrió. Lo que podría haber sido una escena de alivio se convierte en un desgarrador intercambio de emociones contenidas, reproches silenciosos y decisiones imposibles de revertir.
Begoña aparece en escena más fuerte de lo esperado. “Han sido solo cuatro puntos”, minimiza. Pero Andrés no puede ocultar su tormento: ha vivido momentos de angustia sin saber si ella estaba bien. Con el alma hecha trizas, admite: “Me mata luchar contra mis sentimientos.” Está claro que lo que siente por Begoña va más allá de las circunstancias… pero no basta.
Ella, aunque conmovida, es tajante: “Tú has decidido enterrarte en vida. Y yo no me puedo dejar arrastrar por ti.” Estas palabras, cargadas de una mezcla de amor y resignación, marcan el punto final. Ya no hay vuelta atrás. El amor que ambos sienten está atrapado en un laberinto imposible.
Pero cuando la conversación alcanza su punto más vulnerable, María aparece como un vendaval frío. Irrumpe con una sonrisa hipócrita y falsa cordialidad, preguntando por el estado de Begoña como quien pregunta por el clima. Luego, sin más, introduce el tema de la nueva enfermera, Olga, y anuncia su incorporación inminente. Todo perfectamente calculado.
El mensaje es claro: María está aquí para quedarse, y no está dispuesta a que nadie —ni siquiera una mujer herida y emocionalmente ligada a su marido— perturbe su estatus. Con su “subimos, cariño”, arrastra a Andrés hacia la rutina conyugal, dejando a Begoña sola, rota y obligada a seguir adelante sin consuelo.
La escena termina con un “buenas noches” que suena más a cierre de ciclo que a despedida casual. El corazón de Begoña queda en la sala, latiendo entre heridas físicas y emocionales. Andrés, dividido entre su deber y sus verdaderos sentimientos, elige caminar junto a María… aunque cada paso pese como una lápida.