“En La Promesa se paga tan bien que pensé en comprarme una casa.”
Con esta frase contundente, la actriz Paula Losada dejó sin aliento a más de un fan al hablar de su experiencia laboral en la serie que ha conquistado las tardes de Televisión Española.
Desde su estreno en 2023, La Promesa no ha hecho más que crecer: en audiencia, en impacto cultural, y también en prestigio profesional. Lo que comenzó como una serie inspirada en los dramas del siglo XX terminó por convertirse en la ficción más sólida de TVE en los últimos años. El éxito no solo se traduce en renovaciones continuas —más de 600 capítulos emitidos y contando— sino también en el trato que reciben quienes la hacen posible: sus actores.
Rodada en el Palacio de La Promesa, la serie ha contado con nombres consagrados como María Castro, Joaquín Climent, Eva Martín, Ana Garcés y Antonio Velázquez. Y aunque muchas veces el foco está en los dramas que viven sus personajes, lo cierto es que la vida detrás de cámaras también tiene su propia historia… una historia bien remunerada.
Según datos orientativos basados en el Convenio del Sector Audiovisual actualizado en enero de 2025, los sueldos mínimos para intérpretes de series diarias de televisión establecen que un protagonista debe cobrar al menos 10.623 euros al mes, lo que se traduce en más de 860 euros por jornada de rodaje. Los actores secundarios se sitúan en los 7.652 euros mensuales, y los de reparto no bajan de los 5.623 euros. Aunque TVE y Bambú Producciones no han publicado cifras oficiales personaje por personaje, todo indica que La Promesa no solo cumple con estos mínimos, sino que los supera con creces.
La inversión total en los primeros 254 capítulos ascendió a más de 17,3 millones de euros, con una media de 70.000 euros por episodio, una cifra nada desdeñable para una producción diaria.
Paula Losada no fue la única en dejar pistas sobre el excelente ambiente laboral. En su despedida, Ana Garcés, una de las protagonistas más queridas, confesó: “Estos años de rodaje y este equipo han sido lo mejor que me ha pasado”. Su última secuencia fue recibida con abrazos, lágrimas y un ramo de flores por parte de todo el equipo. Momentos que demuestran que, más allá del dinero, lo que deja La Promesa es una huella emocional difícil de borrar.
También se pronunció Alejandro Vergara, quien dio vida a Abel, asegurando que su paso por la serie fue una experiencia “muy feliz”. Marcos Orengo, por su parte, admitió que integrarse no fue fácil al principio y que sufrió ansiedad al interpretar a un personaje rudo y alejado de su personalidad. Sin embargo, logró superarlo con ayuda y apoyo del equipo, reafirmando que La Promesa es también una escuela de vida para muchos actores.
El nivel de exigencia es alto. Los actores ruedan de lunes a viernes, en jornadas largas y sin un orden cronológico claro, lo que obliga a estar siempre preparados emocionalmente para cambiar de escena o tono con rapidez. A pesar del ritmo maratoniano, lo que más destacan los miembros del reparto es el vínculo humano que se ha creado entre ellos: un equipo que no solo comparte escena, sino también confidencias, inseguridades, retos y muchos momentos de gratitud.
Para algunos, como Enrique Fortún o Teresa Quintero, esta producción ha significado una auténtica “masterclass diaria”, no solo en lo profesional, sino también en lo personal. El rodaje, según afirman, puede llegar a ser emocionalmente agotador, pero el aprendizaje y la visibilidad que ofrece un proyecto tan masivo compensan el esfuerzo.
Mientras los fans siguen cada capítulo con emoción, pocos sabían lo bien valorado que está el trabajo actoral dentro de esta serie. Si alguna vez te preguntaste cuánto gana un actor de La Promesa, ahora lo sabes: más que suficiente para plantearse comprarse una casa… y también para quedarse con el corazón lleno.
¿Crees que estos salarios son justos para el esfuerzo que implica una serie diaria como La Promesa? ¿Y si tuvieras la oportunidad, te lanzarías al mundo del rodaje?