“Apóyame, María… o tus secretos dejarán de ser tuyos.”
Esa amenaza, pronunciada en voz baja pero cargada de veneno por Gabriel de la Reina, marcará un punto de inflexión en la historia. En la semana del 30 de junio al 4 de julio en Sueños de libertad, la tensión se eleva a niveles insoportables, las alianzas se rompen y cada personaje se encuentra empujado al borde de decisiones que podrían cambiarlo todo.
La semana comienza con Gabriel desplegando toda su maquinaria de seducción y manipulación sobre María. Bajo la apariencia de un joven vulnerable, agradecido por haber encontrado una familia, Gabriel esconde un alma calculadora y sin escrúpulos. Cuando la ternura no surte efecto, no duda en sacar su verdadero rostro: amenaza a María con destapar sus secretos más íntimos si no vota a su favor en la junta directiva. Ella, atrapada entre el miedo y la rabia, cede… pero no sin advertirle que ha subestimado el peligro de desafiar a Pedro.
Mientras tanto, Pedro no se queda atrás. Su objetivo es Pelayo, pero ataca a través de Marta. Utilizando insinuaciones crueles sobre la orientación sexual de su marido, intenta desestabilizar a la pareja. Marta, con el corazón encogido y el orgullo herido, toma una decisión desesperada: revela una parte de su verdad, no toda, pero suficiente para distraer a Pedro. En el fondo sabe que le ha entregado una herramienta de control peligrosa, pero no ve otra salida para proteger a Fina… y al hombre con quien ha construido su fachada de matrimonio.
En la fábrica, Damián se enfrenta a la resistencia inesperada de Tasio. Acostumbrado a que todos obedezcan sus decisiones, no puede aceptar que su hijo le niegue el voto necesario para legitimar a Gabriel. Tasio, sin embargo, se mantiene firme: no confía en el sobrino recién llegado, y no piensa poner su nombre al servicio de un proyecto que huele a traición.
Lejos de estos juegos de poder, la familia Merino vive su propio terremoto emocional. Digna, desgarrada por la distancia con Joaquín, planea una cena familiar con la esperanza de curar heridas. Pero Joaquín, atrapado en su cruzada contra Pedro, se niega a compartir mesa con quien considera el enemigo. Gema, intermediaria involuntaria, intenta calmar las aguas, mientras Luis defiende a Pedro con una fe ciega que solo aumenta el conflicto entre los hermanos.
Las sospechas sobre Pedro van en aumento. Joaquín está convencido de que oculta algo relacionado con Jesús de la Reina y no piensa rendirse, aunque eso signifique enfrentarse a todos. Su rabia lo lleva incluso a investigar en la casa familiar, donde es sorprendido por su madre. Digna, horrorizada, lo expulsa con el alma rota, incapaz de comprender cómo su hijo puede traicionar así al hombre que ella considera un pilar inamovible.
En paralelo, Begoña confiesa a Luz su dolor silencioso. Ama a Andrés, pero verlo atrapado entre María y su supuesta fragilidad la destruye poco a poco. Por otro lado, Fina vuelve a encontrar una chispa de alegría cuando Claudia le recuerda su pasión por la fotografía. En una escena de ternura sencilla, ambas se reconectan con lo que una vez las hacía soñar, un oasis emocional en medio del caos.
A medida que avanza la semana, el conflicto escala. Gabriel decide enfrentarse cara a cara con Pedro. Su discurso está calculado: lealtad familiar, promesas de eficiencia legal, compromiso con el legado De la Reina. Pero Pedro, viejo zorro curtido en mil batallas, no se deja engañar. Le niega el apoyo sin pestañear, dejando claro que no cederá ante chantajes ni ambiciones disfrazadas de buenas intenciones.
La tensión entre ambos es apenas disimulada. Pedro sabe que Gabriel representa un riesgo… pero aún desconoce cuán lejos está dispuesto a llegar ese “sobrino” encantador. Gabriel, por su parte, se marcha del despacho con una nueva resolución: si no puede entrar por la puerta, lo hará por la fuerza. Y si tiene que destruir a Pedro para lograrlo, no dudará en hacerlo.
Todo está dispuesto para una guerra silenciosa donde la sangre, el poder y la traición serán las únicas reglas.
Y tú… ¿de qué lado estarías cuando caigan las máscaras?